Prioridades nacionales, nuevas iniciativas y participación colectiva. Todas las anteriores son posibles estrategias que un gobierno podría adoptar para redefinirse durante la próxima década. Sin embargo, Paraguay ha decidido tomar un camino alternativo: en lugar de sencillamente promulgar nuevos objetivos para los diez años que se vienen, la tierra guaraní se encuentra reflexionando sobre su transformación a largo plazo, pero ¿cómo será posible? Simple: a través de la innovación.
En agosto de 2019, el Presidente Mario Abdo Benítez firmó el Decreto 2314, iniciando oficialmente la Estrategia Nacional de Innovación. Fue una medida sin precedentes que comprometió al país con la innovación y una nueva forma de crear políticas.
Dicha estrategia tiene dos grandes objetivos:
- Identificar los mayores desafíos en el país y seleccionar dos de ellos, los cuales serán tratados a través de hojas de rutas correspondientes.
- La creación de una unidad de gobierno encargada de la innovación nacional y la ejecución de las hojas de rutas.
Podría parecer un proyecto ambicioso, pero existe un equipo multisectorial trabajando en la implementación de este esfuerzo. Todas las decisiones fundamentales —como la selección de los dos desafíos nacionales y la decisión de la estructura de la unidad de gobierno— serán tomadas por el Equipo Impulsor. Siendo el objetivo representar y conectar con la gente, dicha formación estará compuesta por 18 individuos (seleccionados por un proceso de aplicación abierto) pertenecientes al sector privado, las comunidades académicas y científicas, y la sociedad civil. Además, siete ministros también forman parte del Equipo y están involucrados en el proceso de la decisión final.
Por otro lado, la organización y la operación de la Estrategia son llevadas a cabo por un Equipo Operativo, un pequeño grupo de jóvenes liderado por el Ministro Hugo Cáceres, quien forma parte de la Unidad de Gestión de la República de Paraguay.
¿Qué hace diferente Paraguay?
Aquí es donde la innovación entra en acción. El equipo de innovación ha pasado tiempo conversando con los líderes y analizando programas de diferentes países, como Chile y Colombia, quienes ya iniciaron programas nacionales que persiguen el mismo objetivo. Algunos ejemplos incluyen el programa chileno StartUp Chile y Ruta-N Medellín. En este momento, Paraguay busca adaptar la estrategia que mejor se adecúe a su contexto.
Es importante señalar que conocer más sobre el modelo paraguayo no solamente es un ejemplo de gobernanza pública innovadora, sino que también sirve como modelo interesante e inspirador para otros países que buscan remodelar sus trayectorias en los próximos años. Al momento de implementar la Estrategia Nacional de Innovación, hay tres puntos clave que la tierra guaraní está teniendo en cuenta:
1. Definir la innovación
¿En qué piensas cuando escuchas la palabra innovación? Mucha gente piensa en robots, iPhones y startups, pero no es el caso de Paraguay. La innovación no solamente existe en la tecnología y el emprendimiento, sino también en el sector público y la sociedad en general. Un ejemplo de esto podría ser una nueva ley que utilice las ciencias del comportamiento para reducir el número de accidentes automovilísticos o una fundación de la comunidad que enseñe a los niños cómo crear nuevas empresas para generar más empleos.
La composición tan diversa del Equipo Impulsor ayuda a mantener una perspectiva más amplia del término innovación. Individuos de diversos sectores y antecedentes contribuyen con sus perspectivas particulares, ayudando a tomar decisiones más globales mediante sus experiencias nacionales e internacionales.
2. Preguntar a la gente
Parece sencillo, pero no siempre lo es. Una de las creencias fundamentales detrás de la Estrategia Nacional de Innovación es que debe estar conectada a las vidas cotidianas de los ciudadanos y ser representativa de los retos que enfrentan. Este es uno de los deberes más grandes, ya que es de suma importancia no replicar lo que los gobiernos de otros países han hecho, sino diseñar algo que sea único para Paraguay.
Por lo tanto, para alcanzar dichas metas es necesario utilizar un proceso participativo que involucre a todos. El equipo ha organizado ocho talleres con líderes y miembros del país, hablando con 135 líderes para, inicialmente, recolectar información. Durante estas sesiones, se hicieron una pregunta: ¿cuál crees que es una oportunidad y/o reto que como país nos afecta y continuará afectando en el futuro? De esta manera, facilitaron la discusión sobre problemas reales.
Sin embargo, Paraguay también aporta otra perspectiva que no solamente se trata de los retos o problemas que enfrenta el país, sino que, por el contrario, cuestiona la capacidad para enfrentar dichos problemas. Con los talleres, también se pregunta a las personas cuáles son las capacidades que consideran podrían ser utilizadas para enfrentar dicho reto. Es una perspectiva optimista con la intención de entrenar a las personas a ser más optimistas y a pensar en cómo el Paraguay puede usar sus recursos y habilidades únicas para desarrollar soluciones únicas.
3. Aprender innovando para desarrollar el “músculo” de la innovación
La visión a largo plazo de la Estrategia no es solamente solucionar los dos retos elegidos, por el contrario, persigue que este aprendizaje se convierta en una especie de “músculo” para generar innovación en el país. Así, la manera de solucionarlos fomentará la capacitación humana y social.
Específicamente, esto aumentará la habilidad para solucionar problemas de manera más creativa, con pensamiento innovador. La intención es que los desafíos se conviertan en laboratorios naturales y sociales para transformar al país en una sociedad y una economía creativa e innovadora. Se resuelven problemas hoy con las capacidades actuales y se “hace músculo” para sostener el futuro.
La definición de los retos
Primero que nada, es importante señalar que los desafíos necesariamente deben ser transversales —es decir, que afecten a varias comunidades y sectores—, además de poseer “singularidad” y atracción internacional. La “singularidad” se refiere a la capacidad del país para hacer frente a los problemas, ya sea por sus recursos naturales o por su peculiar experiencia en este espacio. Por ello, es importante seleccionar un problema que Paraguay pueda resolver, permitiendo el desarrollo de una solución más eficiente y exportable, puesto que la idea es encontrar algo para sobresalir o destacar.
Esta estrategia, además, está diseñada para ser un proceso de aprendizaje continuo, como un laboratorio de innovación. Diferentes métodos son probados, lecciones son aprendidas y nuevas acciones son tomadas. Todo esto para crear soluciones innovadoras que otros países puedan retomar como ejemplo.
Finalmente, aunque ambiciosa, la iniciativa representa una nueva fase para el país. Mientras que Paraguay considera su situación actual, también está mirando al futuro y soñando en grande. Con esta perspectiva de futuro es evidente que 2020 será una década transformacional y fundamentalmente innovadora.