Las cajas negras y los candados de vendedores han sido uno de los mayores impulsores –al igual que obstáculos– del progreso para los gobiernos. Si bien en el pasado representaron un gran avance para la adquisición de nuevas tecnologías, hoy son en su mayoría una inversión que crea en los gobiernos una dependencia hacia las empresas privadas durante varios años, sin la posibilidad ni la agilidad para realizar los cambios necesarios conforme a la demanda o las circunstancias.
A pesar de que estas empresas de tecnología son grandes corporaciones que cuentan con una buena reputación de respaldo, ¿es realmente esta fortaleza suficiente para generar confianza en un proyecto tecnológico gubernamental de gran escala? La respuesta tendría que ser negativa. Sin importar el uso de representantes y cabilderos, estas empresas cuentan con el capital necesario para ofrecer un producto de alta calidad; sin embargo, sus soluciones tienden a ser significativamente más costosas, inflexibles y sin transparencia, en comparación con las de códigos abiertos
Pros y contras de usar ambas opciones
Códigos abiertos | Opciones comerciales |
Usado en un principio para la academia | Diseñado para grandes industrias y gobiernos |
Gratuito | Costo aumentado |
De uso abierto para el público en general | Caja negra |
Confianza ganada por los usuarios | Confianza otorgada por el vendedor |
Garantía de no existencia de puertas traseras (si es el caso) | Posibilidad de puertas traseras |
Un balance objetivo
Como podemos observar en la tabla, los códigos abiertos representan una gran ventaja si se comparan con opciones comerciales. El punto débil podría debatirse en su origen y uso académico, aunque en sus comienzos.
Ciberseguridad
Un factor importante, basado en los ataques cibernéticos comenzados en 2007 con el primer ataque digital a nivel país en Estonia, es que los códigos abiertos y la no existencia de puertas traseras generan confianza y aumentan la ciberseguridad de las soluciones:
- Con datos y códigos abiertos, cualquier persona puede ver cómo su información es manejada y procesada.
- Más aún: cualquier falla puede ser detectada y corregida a la brevedad debido a la caja transparente.
- El fortalecimiento de la transparencia en este punto es, sin duda, algo de relevancia para el sector gubernamental.
Gastos mínimos
Otro aspecto relevante enfocado al gobierno es el gasto que la compra de soluciones significa:
- Sin ir muy a detalle, los costos de las opciones comerciales por servicios y mantenimiento son millonarios, mientras que la de códigos abiertos sólo necesita asesoría en la implementación y personalización, haciendo gratuito el acceso.
- Esto reduce los precios sin seguir la falsa premisa de que por ser “costoso” es “mejor”.
Flexibilidad de cambios
El punto extra a resaltar es la posibilidad de ajustes que el gobierno necesita:
- Con opciones comerciales, los cambios suelen ser lentos o requieren una gran inversión adicional.
- Debido a la caja negra, no se puede comprobar la flexibilidad que tienen, lo que fuerza a cada dependencia gubernamental a adquirir la solución por su cuenta, en lugar de compartir y crear compatibilidad.
¿México está listo?
A primera vista, las ventajas del uso de códigos abiertos parecieran apabullar a las que ofrecen compañías establecidas en el mercado. Sin embargo, es necesario considerar si actualmente México se encuentra preparado para realizar un cambio a gran escala:
La experiencia no es suficiente para estar a la vanguardia en estos temas ni lidiar con los conflictos que implican, como las correcciones completas del sistema. Por eso, la compra de licencias y cajas negras siguen siendo una opción fuerte.
Una solución combinada: experimentar en dependencias el uso de códigos y datos abiertos para fortalecer la curva de aprendizaje, mientras se mantienen los contratos con licencias y el uso de cajas negras con soluciones preestablecidas en proyectos más grandes.
Si bien con un software de códigos abiertos el gobierno tiene la libertad de manejar la plataforma de la manera que mejor se ajuste a sus necesidades, los cambios a gran escala pueden repercutir de manera negativa en los servicios que las distintas dependencias ofrecen a los usuarios; por lo tanto, sería conveniente considerar un acercamiento menos radical y más enfocado en mantener y optimizar el servicio.
En ese sentido, los gobiernos y sus dependencias podrían iniciar un proyecto de instalación de sistemas nuevos con software de código y datos abiertos, ofreciendo soporte técnico especializado y demostrando a paso seguro los beneficios de su uso, sin exponerse a un posible proyecto fallido.
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