Una perspectiva de Inteligencia Artificial la considera inteligencia computacional mostrada por las máquinas. Las máquinas inteligentes tienen la capacidad de aprender, racionalizar y procesar instrucciones o realizar acciones humanas.
Los inicios científicos y tecnológicos de la Inteligencia Artificial surgen en la Segunda Guerra Mundial con los trabajos de Alan Turing, Warren McCulloch, Walter Pitts y John von Neumann. Hoy su impacto se ha extendido a empresas y gobiernos, y al ámbito de lo cotidiano.
Aunque algunas conceptualizaciones de IA se guían por la simulación del comportamiento humano, actualmente se ha expandido a conductas de otros seres vivos. Existen sistemas de inspiración biológica con modelos que simulan el comportamiento de diferentes tipos de animales o virus.
La Inteligencia Artificial se considera, al mismo tiempo, una ciencia, técnica y rama del cómputo, en la que se identifican cuatro tendencias:
1. Filosófica
Se basa en teorías, desde la creación de la vida hasta la singularidad computacional.
2. Tecnológica
Algoritmos y artefactos que facilitan las tareas rutinarias.
3. Ciencia ficción
Con novelas, cuentos y películas como El Hombre Bicentenario, Dr. Frankenstein, Matrix y Terminator.
4. Científica
Vincula teorías con las tecnologías para generar ideas y prototipos.
Algunas técnicas de IA están basadas en software, tales como redes neuronales artificiales, cómputo evolutivo, lógica difusa, sistemas multiagentes, lenguaje natural, aprendizaje automático y minería de texto.
Por otro lado, hay técnicas basadas en hardware como la robótica, los vehículos autónomos, la visión artificial y la realidad virtual. Todas estas técnicas combinadas impactan en las organizaciones y en la vida humana, a tal grado que éstas comienzan a implementar tecnologías inteligentes que son útiles para la automatización digital en masa, la reducción de costos y errores, y el aumento de la eficiencia en los procesos.
Inteligencias que conviven
Por ahora, conocemos dos tipos de IA: la específica, que sólo permite realizar tareas concretas, y la general, que superará a la inteligencia humana. Sin embargo, la capacidad de procesamiento de cómputo actual es baja comparada con la de nuestro cerebro. Una computadora procesa a 100 THz y almacena unos 100 PB, lo cual quiere decir que todavía somos 27,000 veces más rápidos que las computadoras personales.
De cualquier modo, la IA se encuentra inmersa en nuestras vidas: al buscar información en Google, al utilizar Waze para encontrar la mejor ruta, al jugar ajedrez contra la computadora, cuando se compran productos en Amazon o Alibaba, en la atención online al cliente, en los videojuegos, en los vehículos autónomos, en las recomendaciones automáticas de música y películas, en las casas inteligentes, o al darle instrucciones al asistente virtual del teléfono. En todos estos ejemplos, se utilizan algoritmos basados en técnicas de Inteligencia Artificial.
Si bien la IA reemplazará diferentes profesiones y actividades rutinarias, también es cierto que desplazará actividades que requieren creatividad y razonamiento, ya que existen algoritmos inteligentes que han creado novelas, pinturas y música, al grado de casi ganarle a los seres humanos en competencias.
A finales de octubre de 2018, OBVIOUS, un algoritmo basado en IA, creó una pintura que se subastó por 400,000 dólares. Sin embargo, a pesar de que la IA empieza a insertarse en nuestras, la situación no pinta tan mal, pues hay grandes oportunidades de trabajo para los futuros creadores de Inteligencia Artificial, además de que surgirán nuevas profesiones para satisfacer las necesidades no tecnológicas de la humanidad.