De acuerdo con Hábitat III (2016), a pesar de que las ciudades representan sólo el 2% del territorio del planeta, en ellas se consume el 75% de la energía generada y son mayoritariamente responsables de la contaminación medioambiental. En este sentido es que los nuevos modelos de gestión urbana denominados Ciudades Inteligentes y Sostenibles, surgidos en la actual revolución de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), resultan ser un factor central como estrategia para garantizar un mejor nivel de vida de la sociedad, sin seguir comprometiendo la sostenibilidad del medio ambiente.
El concepto de Ciudades o Territorios Inteligentes y Sostenibles hace referencia al uso extensivo y eficiente de las tecnologías disponibles (en particular de las TIC), dirigidas a mejorar la calidad de vida de la población, lo cual necesariamente tendría que conllevar un mayor cuidado del medio ambiente y la reducción de la desigualdad social. Lo anterior es compatible con el concepto de innovación inclusiva que, a grosso modo, plantea la necesidad de que los beneficios de innovación permeen principalmente a los sectores menos favorecidos de la población.
Algunas paradojas importantes de los actuales sistemas económicos en torno a los problemas medioambientales y la desigualdad social son, por ejemplo, la creciente necesidad de hacer frente a los requerimientos del mercado (mayores bienes/servicios) y la presión que ello genera al medio ambiente. Otro ejemplo es la ampliación de brechas sociales y tecnológicas; de ahí la necesidad de buscar soluciones innovadoras que hagan compatibles los intereses entre los ámbitos social, económico y ambiental.
Las iniciativas de ciudades inteligentes y sostenibles no tienen que ser vistas como un modelo de futuro lejano e inalcanzable, sino como una necesidad de la realidad actual para lograr enfrentar los desafíos de las sociedades, en donde las TIC juegan un papel transversal como herramientas articuladoras que garanticen y, en su caso, faciliten la cohesión social, la seguridad y la sustentabilidad.
Por tal razón, presentamos a continuación una breve revisión de los conceptos de innovación inclusiva y su importancia en la transición hacia los nuevos modelos de gestión urbana en el contexto de la revolución de las TIC.
Incluir a todos en la innovación
La innovación, el aprendizaje, la creación y la aplicación del conocimiento científico-tecnológico constituyen una sólida base para el crecimiento y el exitoso desempeño económico de las empresas, los países y las regiones. Las capacidades tecnológicas que impulsan la innovación son la vía para mejoras competitivas sustentables y acumulativas, para la colocación en los mercados de nuevos productos/servicios de mayor valor agregado y para generar puestos de trabajo calificados, estables y con mejores salarios, generando así mayores beneficios sociales.
Este sería el caso del impulso a las TIC como un vehículo que facilite la transición hacia una economía del conocimiento por sus potencialidades democratizadoras. Por su relevancia y desarrollo, juegan un papel medular en la creación de conocimiento que puede derivar en una mayor igualdad social y, dada su transversalidad y permeabilidad en los sectores económicos y sociales, tienen diferentes e importantes repercusiones en la generación y difusión del conocimiento.
La innovación inclusiva podría caracterizar, de mejor manera, las funciones de los distintos actores y de los diversos procesos en el desarrollo de productos y nuevas formas de organización, gestión de la información y conocimiento. Por lo tanto, el reto dentro de los procesos de innovación es que éstos sean socialmente más inclusivos, es decir, que encuentren nuevas y mejores formas de dar respuesta a las necesidades sociales, principalmente aquellas que no están resueltas por el gobierno o el mercado, apoyados en el despliegue acelerado de las TIC y haciendo de la apropiación de las nuevas tecnologías un motor del desarrollo regional y territorial.
Es así que los conceptos de Ciudad Inteligente y Sostenible cobran relevancia como una estrategia para hacer compatibles los intereses en los diferentes ámbitos en torno al contexto territorial. Se presentan, entonces, como modelos necesarios para enfrentar los desafíos que implica la creciente urbanización, en donde las TIC juegan un papel preponderante por su capacidad de proporcionar soluciones que permean hacia las esferas económica, ambiental y social.
La fusión de las Ciudades Inteligentes y las TIC
Estos nuevos modelos implican un uso intensivo y extensivo de las TIC, destacando que estas tecnologías juegan un papel central como factor de dinamismo e impulsan un conjunto de innovaciones tecnocientíficas, organizacionales, sociales e institucionales, además de que abren nuevas oportunidades de retorno económico y social en las más variadas actividades. Las TIC actualmente son consideradas como un vehículo dentro del progreso técnico, capaces de reducir la desigualdad entre la sociedad, en particular en los países en vías de desarrollo.
Es por ello que la evolución territorial y, por lo tanto, el desarrollo de un modelo de Ciudad Inteligente y Sostenible requiere nuevas formas de organización e interrelación, considerando que las nuevas tecnologías y sistemas económicos y sociales evolucionan en nuevas lógicas basadas en la interrelación activa de varios actores, tanto de la esfera social como de la ambiental, económica y de gobierno.
Las Ciudades Inteligentes y Sostenibles son estrategias innovadoras que utilizan a las TIC y otros medios con el fin de mejorar la toma de decisiones, la eficiencia en las operaciones, la prestación de servicios urbanos y su competitividad. Asimismo, procuran satisfacer las necesidades de las generaciones actuales y futuras en concordancia con los aspectos económicos, sociales y medioambientales. Sin embargo, para que esto sea posible, se requiere necesariamente un alto grado de actividad inventiva y la generación y difusión del conocimiento, sustentando con el trabajo en red, es decir, los actores económicos, sociales, de educación y gobierno.
Por otro lado, una Ciudad Inteligente es aquella que coloca a los ciudadanos en el centro del desarrollo, en la búsqueda de promover un desarrollo integrado y sostenible, donde las ciudades se tornen más competitivas, atractivas, resilientes e innovadoras, mejorando así la calidad de vida de la población. De acuerdo con la Comisión de Ciudades Digitales y del Conocimiento (2012), un territorio inteligente es aquel que muestra un desempeño positivo en los siete ejes que se presentan en la siguiente figura:
Por lo menos en la teoría, un punto central en este tipo de modelo es el de aportar una mayor integración e igualdad social, es decir, un mayor acceso a los diferentes servicios públicos, lo cual va más allá de la implementación de programas para el cuidado del medio ambiente, la movilidad, la seguridad y/o la competitividad económica.