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El Internet de las Cosas desde la perspectiva de una neófita
El Internet de las Cosas desde la perspectiva de una neófita

El Internet de las Cosas desde la perspectiva de una neófita

Para hablar del Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) consideré necesario referirme, inicialmente, a lo que piensa la gente cuando escucha el término, a sabiendas de que, en lo que a mí respecta, en su momento no me hizo sentido, no despertó sentimientos ni causó curiosidad. Debo confesar que pensé: “De nuevo tratamos de solucionar con tecnología los problemas más profundos para dar una falsa apariencia de que avanzamos, similar al efecto que produce la promulgación de leyes en países donde el apego y respeto a la norma no es la regla, sino la excepción”. Siendo sincera, dije: “Y ahora, ¿de qué se trata?”. 

Quise saber si era una sensación que me afectaba sólo a mí y pregunté a gente de mi entorno, incluso a algunos que forman parte del equipo de tecnología, jóvenes matemáticos, economistas, abogados, ingenieros, sector bancario y gente de la tercera edad; pocos, pero diversos. Debo aclarar que sólo buscaba un muestreo rápido y aleatorio que me sirviera de referencia, sin mayores pretensiones.

A diez profesionales les pregunté: ¿Qué sientes y entiendes cuando escuchas la expresión “El Internet de las Cosas”? Ocho de ellos refirieron que no sentían nada ni les llamaba la atención, pero que entendían que se trataba de “algo” de tecnología para lo que el país no estaba preparado aún (sin indicar por qué), que era un término de esos de moda que se acuñan y la gente repite porque suena interesante. 

Por otro lado, dos expresaron no conocer sobre el tema y que, a su juicio, se relacionaba con conexiones entre equipos vía internet. Sin embargo, en los diez observé que tenían una reacción similar: no tenían información ni mostraron interés en más, les parecía algo inalcanzable y el término no despertaba curiosidad alguna. 

Más humano y cercano a la realidad

En la exploración de los grandes beneficios que IoT puede traer a la humanidad, es indispensable pensar en la gente, en las y los ciudadanos, y en cómo la administración logra hacer de su interés temas relevantes que se convierten en tendencia para explorar el IoT con la participación de la ciudadanía y coordinación plena con ella. Estamos hablando de máquinas conectadas (dispositivos, sistemas y servicios) con un solo propósito: mejorar la vida de las personas.

Tendríamos que aprender cómo se hacen virales temas tan irrelevantes. Por ejemplo, recientemente se dieron a conocer los llamados Bird Box Challenge y Ten Year Challenge, los cuales, desde nuestra perspectiva, debemos aprovechar para “vender” mejor el IoT, analizando lo que hace reaccionar a las personas y provocando un movimiento que nos contagie a hacer, descubrir y conocer el IoT, dado lo innovador del concepto y lo poco humano del término. 

Primeros pasos en República Dominicana

En nuestro país apenas estamos empezando a conocer el IoT. Tal y como lo establece el Instituto Dominicano de las Telecomunicaciones (INDOTEL), en la actualidad no existe una política de administración y fomento del IoT para el Estado. Prueba del limitado avance del IoT en América Latina y el Caribe, destaca un artículo de Marjorie Delgado, publicado por el periódico El País en su edición digital de julio de 2018, titulado “El internet de las Cosas: una promesa para el desarrollo”, en donde plantea que el reto para la región consiste en invertir en conectividad a la red y así aprovechar los beneficios del IoT que está cambiando la vida cotidiana. 

Desde 2016, se ejecuta un importante programa denominado “República Digital” que está integrado por cuatro ejes generales y dos transversales. Los ejes generales son Educación, Acceso, Productividad y empleo, y Gobierno digital, abierto y transparente, mientras que los transversales son Ciberseguridad e Inclusión Social.

Desde nuestra perspectiva, República Digital sienta las bases para el desarrollo en el mediano y largo plazo del concepto del IoT en el país, y desde este momento hacemos la apuesta para que sea un concepto más humano. Sin embargo, existen desafíos y tareas pendientes para la Administración, el mercado, la academia y la sociedad: 

  1. Vender el concepto IoT desde la perspectiva humana.
  2. Mostrar la importancia incremental que tiene y tendrá.
  3. Atraer jóvenes y crear un ecosistema favorable que retenga al personal calificado (entre éstos mujeres).
  4. Tomar la decisión de invertir tiempo en diseñar el protocolo de abordaje que permita la interconexión y la gobernanza, así como la sostenibilidad de las inversiones.

¿Qué es IoT?

El término Internet of Things fue utilizado por primera vez en 1999 por Kevin Ashton (profesor del MIT en ese entonces) para describir la red que conecta objetos del mundo físico a internet a través de sensores. Internet de las Cosas es una red que permite a dispositivos inteligentes intercambiar información entre sí y/o con un servidor que dispone de servicios que generan información en tiempo real, a fin de mejorar la toma de decisiones y, sobre todo, para hacer más sencilla la vida de las personas. 

Este concepto involucra electrodomésticos, equipos electrónicos, bienes duraderos, automóviles, componentes industriales y de servicios públicos, sensores, equipos médicos y otros objetos de uso cotidiano con conectividad a internet, por lo que su utilidad no tiene límite.

En pro de la calidad de vida y la gestión de empresas

El IoT ofrece nuevas oportunidades de acceso a datos, servicios específicos en la educación, seguridad, asistencia sanitaria y de transporte, entre otros campos. Sus beneficios pueden ser tan simples como el seguimiento al estado del ganado o tan importantes como el análisis de la base datos de un paciente, así como alertas para que éste sea atendido cuando su vida se encuentra en peligro. 

Por otro lado, el Internet de las Cosas será la clave para aumentar la productividad de las empresas, ofreciendo una amplia distribución de la red, redes locales inteligentes de dispositivos inteligentes y nuevos servicios que pueden ser personalizados según las necesidades del cliente. 

Implica beneficios de mejora de la gestión y el seguimiento de los activos y productos, aumenta la cantidad de datos de información y permite la optimización de equipos y el uso de los recursos que puede traducirse en ahorro de costes. Además, ofrece la oportunidad de crear nuevos dispositivos inteligentes interconectados, explorar nuevos modelos de negocio y aprovechar y combinar más datos. 

Su aplicación en la Administración Pública

A nivel local o nacional, el IoT puede proveer aplicaciones a diversos sectores, tales como salud, energía, transporte, seguridad ciudadana, control de fronteras, logística, mantenimiento de vías, entre otros.

Algunas, aunque posiblemente no sepamos que son IoT, ya se encuentran en funcionamiento para servir a las personas. Parte de su impacto tiene que ver con la transparencia:

  1. Cuando se recibe una llamada con una solicitud de emergencia, los operadores disponen de acceso en tiempo real a todos los demás servicios que pueden implicar el tipo de siniestro ocurrido. ¿Cuál es el protocolo a seguir? Los médicos especialistas en la zona acceden al inventario de camas disponibles en emergencia, salas comunes o salas de cuidados intensivos, según sea el caso, simplificando y haciendo más efectiva la atención, y reduciendo los tiempos de espera para el paciente. 
  2. Con radares y sensores en nuestras calles y avenidas, se alimenta en tiempo real el estado de las vías y los sistemas de control de tráfico pueden optimizar el manejo de los semáforos y la disponibilidad de los agentes de tránsito, por citar ejemplos, ahorrando tiempo y dinero, y simplificando los trayectos. 
  3. Con la interconexión de los sistemas de manejo de carga en los puertos o fábricas y los sistemas de control de tráfico es posible mejorar las rutas de los vehículos pesados, reduciendo el riesgo de accidentes y ahorrando combustible.   
  4. Aplicado al tema de la infraestructura, que consume más del 80% de los presupuestos de compras de los gobiernos, los ciudadanos pueden transitar por una obra pública y, mediante un código de barras, acceder a toda la información, desde el proceso, el contratista, los supervisores y la ejecución del presupuesto, hasta los retrasos que ha tenido determinada obra. También se pueden implementar sensores que faciliten el seguimiento en tiempo real de los materiales adquiridos y que arrojen información sobre irregularidades.
  5. Puede ayudar a conocer la necesidad de abastecimiento de las instituciones públicas, permitiéndoles determinar de forma más efectiva cuáles son sus necesidades para conectarlas al plan anual de compras y contrataciones, y para enviar información a los proveedores sobre los requerimientos del inventario y los procesos que serán convocados. 
  6. También puede ser útil en la detección de necesidades de capacitación por los errores u omisiones cometidos. 

Para su aprovechamiento efectivo

Es necesario contar con redes de comunicaciones que permitan el acceso masivo a internet o una mayor exploración sobre la conectividad, a través de las frecuencias de baja potencia que no requieren éste. 

Por otro lado, se requieren plataformas IoT que implican sensores y el uso masivo de dispositivos, aplicaciones y sistemas de información, así como la capacitación de funcionarios públicos conscientes de su importancia, quienes capaciten al talento humano (sobre todo a las mujeres) y den la oportunidad de equivocarse para aprender.

9 aspectos para implantar IoT en gobierno

Ahora una pregunta fundamental: ¿qué debe hacer entonces la Administración para contribuir en la implantación del IoT como estrategia? De acuerdo con los expertos, hay que prestar atención a los siguientes detalles:

 1. Capacitación y modernización del sector público

Existen instituciones que aún no han adoptado herramientas y procesos tecnológicos básicos que son imprescindibles para empezar a utilizar este tipo de tecnología. 

2. Conectividad fiable y sostenible

Resulta necesario que los entes reguladores del sector definan políticas que promuevan conectividad a nivel nacional y de costos asequibles que faciliten el despliegue del IoT. 

3. Estandarización e integración de datos

Las instituciones del gobierno necesitan trabajar conscientes de que el idioma y la escritura de los datos deben ser los mismos, es decir, hay que establecer un protocolo de comunicación y de formato para que la información pueda fluir sin trabas.

4. Gobernanza y regulación

Como la implementación del IoT afecta a los diferentes sectores y tienen componentes transversales, es importante definir de manera clara cómo se ejercerá la gobernanza, pensando en aspectos tan básicos como la simple conectividad y tan relevantes como la seguridad informática y los planes de continuidad de negocios vinculados a las implementaciones.

5. Fomento con efecto espiral

Establecer la agenda del país y la definición de políticas que fomenten impulsen a los diferentes actores a embarcarse en iniciativas de esta tecnología que, en el corto plazo, puede crear un efecto espiral que atraiga a más miembros para participar de las mismas, tomando en cuenta a profesionales independientes, MiPyME, mujeres y grandes empresas.

6. Importancia de las adquisiciones

Las autoridades de contratación pública, telecomunicaciones y fomento al gobierno electrónico tendrán que sentarse a definir los mecanismos a utilizar para la compra de este tipo de soluciones, donde deberían tener en cuenta aspectos de sostenibilidad, compatibilidad, interoperabilidad y adopción gradual, entre otros.

7. Incentivar la participación de asociaciones público-privadas

La adopción de este tipo de iniciativas en sectores como salud, transporte, logística, agricultura y construcción requerirá el diseño de Administraciones Públicas que permitan un flujo de capitales, conocimientos y recursos humanos adecuados al sector, motivado por las políticas de fomento que se diseñen.

8. Velar por la seguridad del ecosistema

Un aspecto que no puede dejarse de lado, sobre todo cuando se involucre la infraestructura clave de un país como energía, agua o transporte.

9. Voluntad e inversión

Para que las mujeres no se queden fuera en este proceso de integración de la tecnología que pretende facilitar la vida de las personas.

Parodiando al poeta de la salsa, el ciudadano del mundo Rubén Blades, para implantar el IoT en la Administración, debe haber “mucho amor y control”. Amor para poder cambiar la cultura de silos de la mejor forma. Control para que no hagamos del IoT un saco roto, donde derivemos todo el dinero que nos hace falta sin atender otras necesidades que pudiéramos satisfacer sin el IoT. Si es la suma de muchos, entonces su implementación debe ser posible a bajo costo.

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