La convergencia de las tendencias tecnológicas mundiales de voz, video y datos ha generado un auge de datos y tráfico de éstos jamás imaginado. Los ciudadanos, instituciones, empresas y, en general, todo tipo de organizaciones tienen objetos conectados y, con ellos, acceso a internet y la nube, lo que son, ciertamente, las bases de la actual era digital a la que muchos todavía no han migrado porque no se imaginan gobernando la innovación y la Transformación Digital.
Mucho se ha hablado de cómo la nueva era está trayendo un gran valor para los negocios, las instituciones del Estado y las sociedades por igual, algo que no es tan cierto. Las empresas privadas, armadas con acceso a nuevas tecnologías, tales como Inteligencia Artificial (IA), Blockchain, Internet de las Cosas y automatización de procesos robóticos (RPA), han transformado su manera de hacer negocios. Mientras tanto, las empresas tradicionales e instituciones de gobierno se han rezagado, tal vez por ser organizaciones más “tradicionales”, altamente normadas en todos sus quehaceres, aunque no por ello dejan de buscar la Transformación Digital para inventar soluciones a los desafíos existentes y crear un valor exponencial para los ciudadanos y el propio Estado.
Para ayudar a las secretarías del Estado en este desafío, este artículo exterioriza una guía flexible y práctica, de manera meramente orientativa, para navegar las complejidades de gobernar la innovación y la Transformación Digital propiciada por las tecnologías emergentes, de tal manera que se oriente a las instituciones del Estado y sus organizaciones para que se vuelvan más digitales y se impulsen por los datos que ellos mismos generan.
Estoy seguro de que no existe un secretario de Estado que no reconozca, en gran medida, el potencial disruptivo a corto plazo de los nuevos modelos de negocio y de operación habilitados por la iniciativa privada, tomando como base las tecnologías emergentes. A manera de ejemplo está lo acontecido con el sector del transporte de pasajeros: Uber, Didi y Cabify ilustran su éxito como modelos de negocio que han optado por seguir los pasos de la innovación y la Transformación Digital, habilitando ipso facto cualquier mejora que aparece.
De camino al futuro
Hoy, al Estado le corresponde crear la instancia de gobernanza digital, mediante la cual se logre direccionar y evaluar activamente, con controles de supervisión en el gobierno, las iniciativas de innovación y Transformación Digital, con la esperanza de conocer de primera mano lo que acontece para que realmente logren prosperar y traducirse en soluciones que generen valor al ciudadano.
Si bien está claro que se ha de evolucionar drásticamente para alcanzar lo que se hace en cuanto a lo digital en organizaciones de carácter privado, quizás lo primero sea crear un comité que se encargue de crear una voz digital que informe al Estado sobre las innovaciones y transformaciones.
En cuanto a qué tipo de iniciativas se ha de gobernar, se puede pensar, por ejemplo, en un modelo de servicios compartidos que habilite la prestación de servicios de alta calidad y bajos costos, lo que ciertamente generaría ahorros. No obstante, la integración de datos es la que se percibe como la iniciativa de mayor desafío en la configuración de los servicios digitales, pues sin una gobernanza de datos a nivel del Estado, a la postre de gobernar la innovación y Transformación Digital al mismo nivel, será imposible lograr una buena gobernanza que fructifique en valor real para los ciudadanos. Lo anterior debido a que, a través de los silos tradicionales con que se opera en las secretarías de Estado, está comprobado que sólo se consiguen soluciones parciales y aisladas.
Se requiere coordinación para la toma de decisiones y la realización de acciones porque la innovación y transformación no son locales a las secretarías, sino globales al Estado, por lo que las decisiones que se tomen y las elecciones que se hagan se han de involucrar al Estado en conjunto.
Además, para dar solidez a la gobernanza, se debe conformar un “equipo de aceleración digital” que albergue expertos de todo el país, tecnólogos y peritos en Gobierno Digital (con experiencia en la Administración Pública y privada, deseables miembros del Sistema Nacional de Investigadores), el cual podría fungir como comité técnico que asesore a un comité de gobierno de la innovación y la Transformación Digital.
Los zares digitales del Estado
Está claro que la gobernanza de la innovación y la Transformación Digital va más allá de las estructuras organizativas porque está despejado que el problema es del Estado y no de una secretaría en particular. Así, para incluir a líderes específicos en ese comité de gobierno habrá que crear el emolumento que incorpore a los zares digitales que lideren la transformación a nivel de Estado, como roles de enlace interinstitucionales sin responsabilidad operativa, tan importantes como quienes hoy día mantienen la operación de las tecnologías digitales en las secretarías y el Estado en general.
Si se trabaja de manera transversal es posible crear iniciativas de innovación y transformación a nivel estatal y, por ende, sería factible la sinergia de presupuestos y recursos. Si se trabaja en los mismos tipos de esfuerzo al unísono en todas las secretarías, entidades y órganos del Estado, ya no vale gobernar la innovación y la Transformación Digital a través de los silos tradicionales. Gobernar este proceso puede ser un modelo que fecunde y haga lo pertinente en cuanto a la inversión y que evite la pérdida de recursos y esfuerzos, maximizando las ganancias para el ciudadano y el mismo Estado.
Finalmente, es visualizable que el modelo de gobernanza correcto para hoy no necesariamente y no siempre será el modelo correcto para el futuro, en cambio, tendrá que ser dinámico.