La crisis de salud pública causada por el coronavirus en nuestro país ha trasladado la operación productiva, parcial o totalmente, a nuestros hogares. La disponibilidad, capacidad y acceso de las redes de banda ancha, especialmente aquella fija, están dando soporte a las distintas herramientas de comunicación y productividad para llevar a cabo lo que se conoce como teletrabajo o trabajo en casa.
No obstante, no todos los eslabones ni las distintas unidades componentes del aparato económico nacional podrán continuar con su operación a distancia.
Para ello, se requeriría que su actividad esté basada o sea facilitada por el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), además de contar con acceso a internet y la posibilidad de conectarse de forma remota para mantener la comunicación y contacto con sus proveedores (B2B, por sus siglas en inglés) y sus clientes (B2C).
¿Estamos preparados?
La pandemia del coronavirus ha llevado a que distintas empresas trasladaran su operación a los hogares de cada uno de sus empleados por separado, en acato a las medidas de control de la propagación que se han recomendado e instituido por autoridades sanitarias alrededor del mundo.
Sin embargo, en México, el teletrabajo no será aplicado de manera generalizada, atribuible a que es imposible para ciertas industrias operar sin la asistencia de personal, además de que no cuentan con las herramientas y conectividad necesaria para continuar con su labor desde casa.
De acuerdo con estadísticas de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, 70% de las actividades laborales podrían desarrollarse de manera remota con base en el empleo de las TIC.
Teletrabajo en empresas
(Proporción del total, %)
Fuente: The Competitive Intelligence Unit con información de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, y Avast
No obstante, la empresa de software de seguridad, Avast, destaca que tan sólo dos de cada diez unidades económicas cuentan con los requerimientos para implementar el teletrabajo. Mientras que 81% de los empleados no recibe el apoyo tecnológico de la empresa para hacer home office.
Las principales razones de esta limitada preparación de las unidades económicas en el país consisten en la falta de organización, capacitación e infraestructura virtual, así como la falta de confianza en los empleados bajo esta modalidad.
Conectividad en empresas en México
Estas últimas estadísticas son consistentes con las estadísticas recopiladas por el INEGI a través de los censos económicos de las empresas realizados en 2018. A partir de estos, se encontró que 20.4% de una totalidad de 4 millones 750 mil unidades económicas en el país del sector privado y paraestatal han usado la conectividad en sus procesos productivos, siendo las pequeñas (11-50 empleados), medianas (51-250 empleados) y grandes (251+ empleados) las más intensivas con una proporción superior a 80% de la totalidad que potencian la productividad, basadas en el uso crecientemente intensivo del internet.
Son especialmente las microempresas (0-10 empleados) las que podrían enfrentar dificultades de continuar con su operación ante la imposibilidad de conectar con sus clientes durante el aislamiento provocado por el coronavirus, al ser tan sólo una razón de 17.1% las que cuentan con conexión a internet.
Conectividad en empresas
(Proporción de empresas con acceso a internet, %)
Fuente: The Competitive Intelligence Unit con información de los Censos Económicos 2019 (INEGI)
Esta circunstancia es particularmente preocupante al trasladarse del grueso de las unidades del país que se encuentran desconectadas, tal que representan 78.7% del universo de unidades productivas que quedarían privadas de continuar con su operación. Ello, al no contar con la cadena de productividad y equipamiento tecnológico necesario para habilitar su operación durante la pandemia.
Potencial del teletrabajo
La falta de conectividad, coordinación e implementación de protocolos por parte de las empresas merma el potencial del teletrabajo y condena al cierre de operaciones de la base de la pirámide de las unidades económicas, de las que depende en buena medida la dinámica del aparato productivo nacional.
Es conocido que las empresas que se encuentran realizando teletrabajo se benefician de diversos efectos de eficiencia en su operación. Por ejemplo, de tiempo, al erradicarse el tiempo de traslado al espacio laboral, así como también se generan importantes ganancias en productividad, al realizar una coordinación correcta y oportuna. Esos y muchos beneficios más, a la luz de las estadísticas presentadas, no será una realidad para la vasta mayoría de las empresas del país.
Aquí amerita insistir en acelerar los esfuerzos para hacer universal el acceso y uso de las TIC, no sólo entre la población mexicana, sino también entre las empresas.
Entre otras lecciones que estamos aprendiendo minuto a minuto en la actual crisis pandémica, se encuentra la importancia de la disponibilidad y capacidad de las redes fijas y móviles, así como de contar e incorporar esa conectividad en los procesos productivos de las unidades económicas.