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Internet en Cuba, muy a pesar del Gobierno

“Hablar de conexiones y desconexiones se ha puesto de moda en Cuba. Los cubanos han generado alternativas raras e increíbles que les permiten acceder a la información y conectarse entre ellos”, declaró un artículo publicado en Granma sobre como los cubanos se conectan ya sea para navegar por Internet, o para jugar videojuegos y compartir archivos en una red de barrio.

El escrito dejó de mencionar, no obstante, que las formas “raras e increíbles” que los cubanos han inventado para poder tener acceso a la información casi siempre incluye esconderse de las autoridades, quienes hostigan con multas, decomisos de equipos e incluso la cárcel.

Antes de que abrieran las zonas wifi, Joan, un entusiasta de la tecnología que no se conformaba con seguir desconectado del mundo, consiguió llegar a Internet vía satélite. Compró en el mercado negro, de forma discreta, los equipos que necesitaba para lograrlo y sus familiares abonaban desde el exterior la cuota mensual del costo de ese servicio.

Lo usaba solo para consumo propio, pero después de algunos meses “alguien lo informó a la policía”. Se llevaron todos los equipos electrónicos de su casa y tuvo que pagar una multa de 400 dólares; además, lo amenazaron con llevarlo a la cárcel.

Joan nos contó que después de lo sucedido “tenía planeado vender su automóvil para recuperar lo perdido y mudarse al campo con su mujer y sus hijos, lejos de la ciudad, de manera que pudiera seguir conectado a Internet sin tanto riesgo de ser detenido”.

Como él, muchos cubanos creen que bien vale la pena correr el riesgo de “violar la ley” con tal de conectarse por medio de equipos wifi de largo alcance como los nanostation (cuya importación está prohibida), o compartir el costo de Internet usando el programa Connectify.

A pesar de la persecución por parte del gobierno, los cubanos han conseguido construir redes de barrio por sus propios medios: infraestructuras que bien podrían servir para extender el acceso a Internet, pero el Estado siempre ha respondido negativamente ante las peticiones de unir estás redes con Etecsa (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba).

La Isla, con una tasa de penetración de Internet del cinco por ciento, es la más baja de Latinoamérica. El reducido grupo que accede a Internet prefiere Facebook como red social con un porcentaje del 86,21 según Stat counter, herramienta online para medir tráfico. Youtube ocupa el uno por ciento, Pinterest 7,6, Twitter 3,34 y Google Plus y LinkedIn no superan el uno por ciento.

“La alta preparación académica y cultural de los cubanos les permite innovar una y otra vez en busca de adaptaciones y alternativas, aunque estas no siempre son legales.” Reconocen los propios medios oficiales.

Navegación por la red cubana

Lejos de acelerar el proceso de conectar a los cubanos a Internet, el estado continúa haciendo énfasis en la navegación por la red nacional. Actualmente existen menos de 5 mil cuentas permanentes nacionales en toda la Isla, según estadísticas de Etecsa.

Desde marzo de este año el precio por una hora de navegación nacional es de diez centavos de CUC, el de Internet continua siendo 1,50 CUC, números exagerados si se considera que el salario promedio en la Isla es aproximadamente de 26 dólares mensuales.

“La red nacional no tiene nada que sirva; quiero navegar por Facebook, hablar por IMO con mis familiares, ver videos en Youtube. La red nacional no cuenta con esos servicios”, comentó para este trabajo Vivian Díaz, estudiante de informática.

Según estadísticas oficiales, los sitios nacionales más visitados son Cubadebate, Infomed, la plataforma Cubava (para crear blogs), Granma, Joven Club de Computación, UCI (Universidad de ciencias informaticas), Ecured, Etecsa, ICRT y Juventud Rebelde en ese orden.

El Estado no ha podido luchar contra el inevitable esparcimiento de Internet, en cambio ha logrado ralentizar su crecimiento convirtiendo a Cuba uno de los países de menor tasa de penetración de la Web en el mundo.

Artículo originalmente publicado por Pablo González en Cubatotal.

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