Los primeros días de abril de 2017 marcan una mala semana para UBER. Tres son los casos que evidencian que la empresa tiene problemas que van más allá de la aplicación.
- Italia prohibe en todo el país la entrada de Uber. La corte suprema italiana falló en favor de una demanda interpuesta por taxistas donde reclaman una “competencia injusta”, por lo que la empresa no puede usar sus aplicaciones ni promocionarse en la península. Aunque hay planes de apelar el fallo esto deja por lo pronto a la empresa fuera del mercado italiano.
- Demanda por uso fraudulento de la aplicación. Un conductor en Estados Unidos ha iniciado una demanda que se basa en la hipótesis de que al momento de solicitar un viaje, el cliente recibe una tarifa basada en la ruta más larga y congestionada, mientras que el conductor recibe una estimación de la ruta más corta y rápida, con lo cual el diferencial no es reportado en el pago al conductor. Con esta acción la empresa estaría obteniendo beneficios de manera fraudulenta, argumenta la demanda.
- Un Juez acusa a Uber y a Levandowsky de métodos de ofuscación de la justicia. En febrero de este año la división de coches autónomos de Google, Waymo, demandó al jefe de la los coche autónomos de Uber, Anthony Levandowsky, por supuestamente robar documentación técnica cuando éste fue empleado de Google y usarla en su nuevo puesto en Uber. La demanda indica que fueron más de 14,000 documentos los que Levandowsky sustrajo y el Juez del caso ordenó el acceso privilegiado a los registros de la aplicación para verificar esto. El abogado de Levandowsky ha interpuesto trabas alegando que bajo la justicia de los Estados Unidos, específicamente la 5ta enmienda, un acusado no puede ser obligado a auto-incriminarse. El Juez ha determinado que estas son practicas dilatorias.
Estos casos aunados a los alegatos de acoso sexual al interior de la empresa preven malos tiempos para la empresa que logró ser el hito de la llamada “economía del compartir.
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