Hace ya más de 100 años, el economista Joseph Schumpeter planteaba que “innovación es perturbación de las estructuras existentes e incesante novedad y cambio”. Nos podemos preguntar entonces, si esto es así y la innovación es perturbación y cambio incesante, ¿por qué hoy vuelve a ser un punto central de la mano del Gobierno Abierto (GA)?
El término Gobierno Abierto se usó por primera vez en el espacio político británico a fines de los años setenta del siglo pasado. Trataba de iniciativas para “abrir las ventanas del sector público hacia el escrutinio ciudadano, con el objetivo de reducir la opacidad burocrática” (Ramírez Alujas, 2012). Sin embargo, es en este siglo cuando va poniéndose en el foco central de las discusiones e iniciativas sobre el gobierno:
- En 2009, el presidente Barack Obama lanza su Memorando por el Gobierno Abierto.
- En 2011 se impulsa la creación de la Alianza para el Gobierno Abierto (Open Government Partnership) basada en cuatro principios: mejorar la disponibilidad de la información sobre las actividades del gobierno para todos los ciudadanos, apoyar la participación cívica, implementar los más altos estándares de integridad profesional en las administraciones y favorecer el acceso a nuevas tecnologías que faciliten la apertura y rendición de cuentas.
- En América Latina, en 2016 la Carta de Gobierno Abierto del CLAD, firmada por más de 20 ministros, presenta principios e iniciativas para la región.
Como vemos, Gobierno Abierto se desarrolla fuertemente en campos y geografías diversas; es una idea que se encuentra en un proceso de maduración, en vías de constituirse en un nuevo paradigma de la gestión pública (Criado J. I., 2016). Algunas razones de este auge tienen que ver con la confluencia de factores que han transformado la sociedad y el estado en estos últimos tiempos:
- El impacto de las Tecnologías de la Información y las redes sociales, lo que se denomina Sociedad Red
- Los impulsos de actores y activistas de la sociedad civil para participar en decisiones públicas
- Los problemas cada vez más complejos a resolver por parte de los diversos organismos del Estado
- El modo de gestión gubernamental basado en procedimientos técnico-administrativos, ajeno muchas veces a los tiempos y necesidades sociales
En este contexto, el Gobierno Abierto:
- Plantea conceptos y formas de acción gubernamental de nuevo cuño, que se alejan de lo conocido para explorar modalidades inéditas y acordes al clima de época, recuperando las iniciativas sociales y la potencialidad de las Tecnologías de la Información en formatos innovadores de diseño, gestión y control de políticas, con el propósito de satisfacer las necesidades ciudadanas y construir valor público.
- Entiende la producción pública como un proceso en búsqueda, no definido, inacabado y sujeto a creación, recreación y diseño propositivo, basado en la colaboración entre actores. Lo contrario remite a un escenario donde las normas y lo establecido son lo que predomina, donde no innovar es la norma. Este enfoque técnico normativo es el que ha predominado en el campo de la administración y en este contexto el Gobierno Abierto se presenta como una disrupción.
- Se centra en la coproducción de políticas como un proceso intencional y dinámico, de actuaciones colaborativas a partir de una atenta lectura de cada situación particular y su compleja atadura con el contexto global. La coproducción supone el encuentro de racionalidades, la negociación de intereses, la experimentación y la exploración para avanzar en la producción de valor público.
- Es un cambio de perspectiva desde los modelos más tradicionales, en los que gobernar se consideraba como algo básicamente unidireccional (de los gobernantes hacia los gobernados), hacia un modelo bidireccional de relación entre gobierno y sociedad, basado en la gobernanza sociopolítica o interactiva.
Si esto es así, se hace imprescindible la innovación, entendiéndola como “transformación en los principios y procesos de la gestión que, en definitiva, cambia la práctica de lo que hacen los gestores y cómo lo hacen” (Prahalad y Hamel, 2004).
¿Qué es la innovación?
En términos generales puede señalarse que innovación es una idea creativa que conlleva su aplicación, a diferencia de la invención. Se trata de concebir y aplicar una nueva manera de lograr un resultado o desempeñar una tarea. Una innovación puede entrañar la incorporación de elementos nuevos, la combinación nueva de elementos existentes o un cambio o alejamiento significativo de la forma de actuar tradicional, y se asocia a productos, políticas y programas, planteamientos y procesos nuevos.
Por lo tanto, una innovación en la Administración Pública es una respuesta eficaz, creativa y única a problemas nuevos, o bien, una respuesta nueva a problemas viejos. Además, una innovación no es una solución cerrada y completa, sino una solución abierta, transformada por quienes la adoptan.
Los ámbitos de innovación son también variados, con inclusión del desarrollo y la gestión de los recursos humanos, la prestación de los servicios públicos, las aplicaciones de las TIC a las actividades de los gobiernos y la descentralización, entre otros.
Hay diferentes tipos de innovaciones en la Administración Pública:
- Institucional: se centra en la renovación de instituciones establecidas o en el establecimiento de nuevas instituciones.
- Organizativa: incluye la introducción de nuevos procedimientos de trabajo o técnicas de gestión en la administración pública.
- De los procesos: con énfasis en la mejora de la calidad de la prestación de los servicios públicos.
- Conceptual: enfocada en la introducción de nuevas formas de gobernanza (por ejemplo, formulación interactiva de políticas, gobernanza comprometida, reformas presupuestarias populares y redes horizontales).
La idea de innovación de Gobierno Abierto es la de la Innovación Abierta (Chesbrough, 2003) Es la estrategia de innovación centrada en la cooperación, donde los límites organizacionales se desdibujan y el eje de la innovación es puesto en la construcción de coaliciones de actores para la resolución de desafíos compartidos, con una dinámica basada en la intensidad de la colaboración para la construcción de inteligencia social. La fórmula responde a estos parámetros:
Inteligencia institucional + Inteligencia social = Valor Público
La génesis de la innovación se aloja en diversos espacios y nexos —internos y externos a la organización—, fluye en diferentes espacios y converge en iniciativas que se potencian mutuamente como formas de experimentación inacabadas, pero cualitativamente significativas. En cuanto a los actores, la innovación reside en la inteligencia social, que tiene capacidad para transformar y reconstruir. Por lo tanto, se incorporan a la dinámica innovadora ciudadanos, técnicos, universidades, expertos, activistas sociales y organizaciones de diferentes niveles, en dinámicas de coproducción de ideas, políticas y servicios (Ramírez Alujas, 2010).
En cuanto a los resultados, las iniciativas innovadoras se orientan sobre todo a la transparencia, la producción de valor público y la gestión de los bienes comunes. Aparecen algunas experiencias muy incipientes también en el campo del Estado Abierto, involucrando a los poderes legislativo y judicial en la innovación.
El hito de la Innovación Abierta
En este modelo, los límites entre el adentro y el afuera se desdibujan estableciendo constelaciones dinámicas para la transparencia y la producción de bienes y servicios públicos, y de ideas comunes. La Innovación Abierta se basa así en la intensidad de las relaciones de colaboración.
Podemos decir, entonces, que la idea de Innovación Abierta es un hito en el proceso por innovar en las políticas, que supone:
- Un corrimiento de la génesis de la innovación, desde espacios de decisión técnica hacia el exterior o espacios hibridados y deslocalizados
- Ampliación de actores
- Diversificación de los procesos
- Cambio de enfoque, desde la búsqueda de la eficiencia, eficacia y calidad, hacia la producción de valor público y la construcción de ideas y productos comunes
Comenzamos este artículo con la idea de Schumpeter de la innovación como perturbación de estructuras. Luego de este breve recorrido podemos plantearnos que, sin duda, transformar las políticas públicas desde la idea del Gobierno Abierto requiere profundas transformaciones innovativas en las diversas instancias de las mismas.
De alguna manera, poner en marcha iniciativas de GA es una invitación a la innovación como modo de gestionar lo público, un modo sistemático y sostenido que promueva la búsqueda de ideas, el cruce de racionalidades, la escucha del otro y la experimentación.
En América Latina y el mundo se están desarrollando múltiples iniciativas en este sentido, entre ellas las Metas de los Países Miembros de la Alianza para el Gobierno Abierto, los Laboratorios de Innovación Pública y las experiencias Sociales Innovativas. Sin duda, es un camino movilizador y desafiante. Es necesario poner una mirada atenta en los procesos que se desarrollan, los logros efectivos que se alcanzan y, sobre todo, en cómo y en qué medida contribuyen a transformar satisfactoriamente la vida de los ciudadanos.