El pasado 22 de mayo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) —foro de política global que colabora con más de 100 países y promueve políticas para mejorar el bienestar económico y social de las personas en todo el mundo— y los países socios adoptaron formalmente el primer conjunto de directrices de políticas intergubernamentales sobre Inteligencia Artificial (IA) y acordaron someterse a unas normas internacionales que velen por un diseño de los sistemas de IA que los haga robustos, seguros, imparciales y fiables.
Los 36 países miembros, junto con Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Perú y Rumanía, han suscrito en París los Principios de la OCDE sobre la Inteligencia Artificial en el marco de la Reunión del Consejo de Ministros de la Organización con el lema “La transición digital al servicio del desarrollo sostenible”.
Los Principios, elaborados a partir de las orientaciones proporcionadas por un grupo de expertos integrado por más de 50 miembros procedentes de gobiernos, instituciones académicas, el mundo empresarial, la sociedad civil, organismos internacionales, la comunidad tecnológica y sindicatos, comprenden cinco fundamentos basados en valores para el despliegue responsable de una IA fiable y cinco recomendaciones en materia de políticas públicas y cooperación internacional.
Su objetivo es guiar a los gobiernos, organizaciones e individuos para que, en el diseño y la gestión de los sistemas de IA, prioricen los intereses de las personas, así como garantizar que quienes diseñen y gestionen sistemas de IA respondan de su correcto funcionamiento.
Ángel Gurría, Secretario General de la OCDE, considera que la Inteligencia Artificial está revolucionando nuestra forma de vivir y trabajar, y ofrece unas ventajas extraordinarias a nuestras sociedades y economías. Asimismo, plantea nuevos desafíos y siembra incertidumbre y preocupaciones de carácter ético. Compete, por tanto, a los gobiernos asegurarse de que el diseño de los sistemas de IA respete nuestros valores y leyes, de forma que las personas puedan confiar en que su seguridad y privacidad serán objeto de una consideración prioritaria.
Por otro lado, los Principios sobre IA cuentan con el respaldo de la Comisión Europea, cuyo grado de expertos de alto nivel en la materia ha elaborado unas directrices éticas para una IA fiable, y se examinarán en la próxima Cumbre de Líderes del G-20 que se celebrará en Japón. En los próximos meses los expertos en política digital de la OCDE se servirán de los Principios para elaborar una guía práctica para su implementación.
Sin ser jurídicamente vinculantes, los Principios de la OCDE en otros ámbitos de política se han revelado muy influyentes en el establecimiento de normas internacionales y como ayuda de la que se sirven los gobiernos para diseñar sus legislaciones nacionales. Por ejemplo, las Líneas Directrices de la OCDE sobre protección de la privacidad y los flujos transfronterizos de datos personales, que establecen límites a la recolección y el uso de datos personales, están en la raíz de numerosas leyes y marcos sobre protección de la privacidad en Estados Unidos, Europa y Asia.
Los Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE, avalados por el G-20, se han convertido en referencia internacional para los responsables de la formulación de políticas, inversores, empresas y otras partes interesadas que trabajan en marcos regulatorios e institucionales relacionados con el gobierno corporativo.
El texto íntegro de los Principios sobre la IA puede descargarse desde este enlace. De forma sucinta, los Principios afirman lo siguiente:
- La IA debe estar al servicio de las personas y del planeta, impulsando un crecimiento inclusivo, el desarrollo sostenible y el bienestar.
- Los sistemas de IA deben diseñarse de manera que respeten el Estado de derecho, los derechos humanos, los valores democráticos y la diversidad, e incorporar salvaguardas adecuadas —por ejemplo, permitiendo la intervención humana cuando sea necesario— con miras a garantizar una sociedad justa y equitativa.
- Los sistemas de IA deben estar presididos por la transparencia y una divulgación responsable a fin de garantizar que las personas sepan cuándo están interactuando con ellos y pueden oponerse a los resultados de esa interacción.
- Los sistemas de IA han de funcionar con robustez, de manera fiable y segura durante toda su vida útil, y los potenciales riesgos deberán evaluarse y gestionarse en todo momento.
- Las organizaciones y las personas que desarrollen, desplieguen o gestionen sistemas de IA deberán responder de su correcto funcionamiento en consonancia con los principios precedentes.
Por otro lado, la OCDE recomienda a los gobiernos:
- Facilitar una inversión pública y privada en investigación y desarrollo que estimule la innovación en una IA fiable.
- Fomentar ecosistemas de IA accesibles con tecnologías e infraestructuras digitales, y mecanismos para el intercambio de datos y conocimientos.
- Desarrollar un entorno de políticas que allane el camino para el despliegue de unos sistemas de IA fiables.
- Capacitar a las personas con competencias de IA y apoyar a los trabajadores con miras a asegurar una transición equitativa.
- Cooperar en la puesta en común de información entre países y sectores, desarrollar estándares y asegurar una administración responsable de la IA.
Para más información sobre la labor de la OCDE en materia de Inteligencia Artificial consulta el sitio web www.oecd.org/going-digital/ai/
Con información de la OCDE