Empecemos por el final: antes de concluir la entrevista con un “Gracias. Happy hacking!”, Richard Stallman o RMS –como también se le conoce– preguntó: “¿Van a presentar la definición de software libre con las cuatro libertades esenciales? Porque es muy importante ponerlas en el artículo. La mayoría no sabe qué significa el software libre”. Y sí, los lectores pueden encontrarlas en esta edición de u-GOB, a petición de quien fundó la Free Software Foundation, de la que es presidente como voluntario a tiempo completo, y en 1984 inició el desarrollo del sistema operativo libre GNU, para evitar el uso de sistemas operativos que no son libres y niegan la libertad a los usuarios.
La importancia de estas libertades, según Stallman, aumenta a medida que nuestra cultura y nuestras actividades cotidianas se vinculan cada vez más con el mundo digital. En un mundo de sonidos, imágenes y palabras digitales, el software libre se vuelve cada vez más esencial para la libertad en general.
RMS insistió mucho en la necesidad de diferenciar claramente entre software libre y código abierto, y es que ambas expresiones describen casi la misma categoría de software, pero representan puntos de vista basados en valores fundamentales diferentes. “El código abierto es una metodología de programación, el software libre es un movimiento social”, explica en su artículo Por qué el «código abierto» pierde de vista lo esencial del software libre, publicado en www.gnu.org. “Para el movimiento del software libre, éste es un imperativo ético, un respeto esencial por la libertad de los usuarios. En cambio, la filosofía del código abierto plantea las cuestiones en términos de cómo «mejorar» el software, en un sentido meramente práctico. (…) El software que no es libre es un problema social y la solución consiste en dejar de usarlo, migrar al software libre”.
Si es el mismo software (o casi), ¿importa acaso qué nombre se utiliza? Sí, se trata de valorar la libertad, de establecerla de manera perdurable. “Si alguien desea ayudar en esto, es esencial que use la expresión software libre”, puntualiza Stallman en dicho texto. Y remata: “Nosotros, en el movimiento del software libre, no vemos el ámbito del código abierto como enemigo; el enemigo es el software privativo, el que no es libre. Pero queremos que la gente sepa que defendemos la libertad, así que no aceptamos que se nos identifique como partidarios del código abierto”.
La nube sólo está en la mente
La pregunta es inevitable: ¿cómo ve Richard Stallman al software libre en términos de adopción y comunidad?
Primero, seguimos avanzando en el dominio de las computadoras de escritorio, es decir, tenemos no sólo un sistema operativo, sino también muchos programas y aplicativos para hacer más actividades a partir de la informática. Pero, al mismo tiempo, muchas personas usan servicios dañinos que recogen datos personales, entonces han cedido su informática a los servidores de las empresas.
¿Te refieres también a los servicios de la nube?
Este concepto de la nube es pura confusión; no se debe referir porque no hay ninguna nube, excepto en la mente del usuario, que está confundido. Realmente se trata de varios servidores, cada uno pertenece a un estado o a una empresa que decide lo que éste hace, y cada servidor existe en algún país y está sujeto a sus leyes. Si lo usas, es muy importante saber a quién pertenece y en qué país está. La palabra “nube” lleva a la gente a hacer caso omiso de esta pregunta esencial. Entonces es un disfraz que esconde los puntos más importantes para decidir si usas o no usas cualquier servidor.
Software libre en los gobiernos
Hay países como Brasil, Alemania o Dinamarca que tienen algunas iniciativas de ley para fomentar su adopción. ¿Cómo has visto este avance a la luz de los últimos acontecimientos de protección de datos?
No veo mucho avance. Había muchas iniciativas, pero en muchos casos las empresas de código privativo compran el apoyo o la sumisión informática de cualquier jurisdicción. Por ejemplo, Microsoft colocó su sede principal para Europa en la ciudad alemana de Múnich, quizá a manera de pago o retribución porque este Ayuntamiento había migrado su informática a Windows.
La idea de impulsar el software libre es buena. Cada país debería adoptar una ley para migrar las agencias públicas hacia el software libre. Pero las leyes actuales no son muy fuertes. La más fuerte fue la de Ecuador, que no se trató de una ley sino de un decreto presidencial que afectaba únicamente a las agencias ejecutivas. La estructura del decreto fue muy inteligente y debería haber funcionado bien, si un funcionario lo hubiera implementado de manera adecuada. Sin embargo, el encargado de la Subsecretaría de Informática no se enfocó correctamente en la aplicación del decreto. Unas agencias migraron parcialmente, aunque las reglas del decreto fueron concebidas para organizar la migración casi total a través de los años, mas no exigían que todos los organismos de la administración pública cumplieran con el decreto. Qué triste. De todos modos, tenemos una página que presenta las reglas recomendadas para la migración de las agencias públicas. Se encuentra en gnu.org/philosophy/government-free-software.html
¿Cuáles serían los principales puntos por los cuales insistirías en que el gobierno opte por el software libre?
Creo que todos merecen el control de su informática, pero en el caso de una persona, si pierde el control de ésta, qué lástima para ella. Pero, si una agencia pública pierde el control, es incumplimiento de su responsabilidad ante el pueblo. El Estado existe para el pueblo y lo que hace es por el pueblo, incluso su informática.
Para que cualquier usuario tenga este control, tiene que hacerlo únicamente con software libre. Es esa la diferencia fundamental entre el software libre y el privativo. De un programa libre, los usuarios tienen el control, mientras que un programa privativo tiene el control de los usuarios.
Para RMS, ¿qué es software libre?
Es el que respeta la libertad de los usuarios y la comunidad. A grandes rasgos, significa que tienen la libertad de ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, modificar y mejorar el software, y distribuir versiones modificadas. Es decir, es una cuestión de libertad, no de precio. En inglés, a veces en lugar de «free software» decimos «libre software», empleando ese adjetivo francés o español, derivado de «libertad», para enfatizar que no se trata de que el software sea gratuito (ver más adelante las cuatro libertades esenciales del software libre).
No significa que «no es comercial». Un programa libre debe estar disponible para el uso, la programación y la distribución comercial. Puede haber pagado dinero para obtener copias de software libre, o puede haber obtenido copias sin costo. Pero sin tener en cuenta cómo las obtuvo, siempre tiene la libertad de copiar y modificar el software, incluso de vender copias.
Identidad digital hacia el futuro
¿Qué encuentras necesario que hagamos como sociedad para una mejor adopción de este movimiento libre?
En los programas privativos, frecuentemente hay funcionalidades malévolas que deberían considerarse delitos. Por ejemplo, espiar a los usuarios o restringirlos; me refiero a los grilletes digitales (en inglés, DRM o Digital Restrictions Management). También imponen censura y tienen puertas traseras. Por otro lado, los Estados hacen mucho para promover o facilitar el software privativo. En vez de declarar que los grilletes digitales son un delito, tienen leyes para penalizar a quienes los rompan, como sucede en los Estados Unidos con la DMCA (Digital Millennium Copyright Act). La difusión de un programa capaz de romper grilletes digitales en ese país y en muchos otros es el delito, es decir, los Estados han tomado la parte de los opresores.
¿Cuál es tu pensamiento acerca de las monedas criptográficas como bitcoin?
No me atraen mucho porque lo que deseo para el internet es una manera de hacer compras anónimas, como en las tiendas físicas: siempre pago en efectivo, me rehúso a usar tarjeta bancaria, pues no quiero que se sepa quién soy ni qué compré. Pero bitcoin no es anónimo; entonces para mí no sirve realmente. Tendría que comprar bitcoins desde una empresa que siempre exige identificarse. Por eso hemos desarrollado otro sistema de pago anónimo, que no es una moneda sino un sistema de pago, y que es anónimo para quien paga, pero no para la tienda que recibe el dinero. Se llama GNU Taler y el sitio es www.taler.net.
¿Qué opinas acerca de la identidad digital de los ciudadanos y cómo protegerla?
Me parece muy peligroso. Cualquier sistema de identificación de todo ciudadano es un peligro. Tradicionalmente en los Estados Unidos se rechaza por principios. Hoy en día, algunos gobiernos están convirtiendo las licencias de conducir en el documento nacional de identidad, lo cual es la danza de la tiranía. El Estado no debería tener tanto poder.
En Estados Unidos hay demasiadas cosas que requieren acreditarse con una identidad otorgada por el Estado; no debería ser así. Una cosa es exigir una licencia de manejo para conducir, pero otra cosa es que la necesites para entrar en un avión, para comprar medicamentos o para votar, como en varios estados. Es una injusticia; sólo sirve para que los pobres no voten.
Las 4 libertades esenciales
Un programa es software libre si otorga a los usuarios todas estas libertades de manera adecuada:
- Ejecutar el programa como se desea, con cualquier propósito.
- Estudiar cómo funciona el programa y cambiarlo para que haga lo que cada quien quiera. El acceso al código fuente es una condición necesaria para ello.
- Redistribuir copias para ayudar a su prójimo.
- Distribuir copias de sus versiones modificadas a terceros. Esto permite ofrecer a toda la comunidad la oportunidad de beneficiarse de las modificaciones.
De acuerdo con la Free Software Foundation, son de vital importancia no sólo para el bien del usuario individual, sino para la sociedad entera, ya que promueven la solidaridad social: compartir y cooperar. Todos merecen tenerlas.
Con estas libertades, los usuarios controlan el programa y lo que éste hace. Cuando no, es «privativo». Un programa que no es libre controla a los usuarios y el programador controla el programa, con lo cual resulta ser un instrumento de poder injusto.
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