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TIC por un México sustentable

TIC por un México sustentable

Desde 1987, el Informe Brundtland de la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo de las Naciones Unidas (derivado de reuniones con varios países) definió comunidad sustentable como aquella que es capaz de satisfacer las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras.

Su labor exige un enfoque holístico e integral, ya que el ecosistema del planeta es un complejo de innumerables sistemas y subsistemas subrogados, interrelacionados y mutuamente dependientes que requieren de la capacidad para absorber el impacto de los seres humanos a fin de conservar su homeostasis y mantener la vida.

De acuerdo con numerosos expertos, el ecosistema global se encuentra sometido a un estrés ecológico intenso provocado por una humanidad que está operando al límite de la capacidad de restitución biológica de la naturaleza.

Administración inteligente, no limitante

No estamos hablando de la limitación absoluta de la actividad humana, sino de un tipo de administración eficiente y racional de los recursos naturales que garantice el bienestar de la población actual, tomando en cuenta a los seres humanos del futuro.

Dicha administración es responsabilidad del gobierno que, mediante la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, consagra en el artículo 4° que “toda persona tiene derecho a un ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar”.

De lo anterior podemos inferir que el aspecto ambiental es dependiente de la gestión responsable de los recursos naturales y, además, que muestra importantes interrelaciones con los ámbitos sociales y económicos de una comunidad.

Lamentablemente, la solución no se ve próxima: al ser una sociedad inmersa en la cultura de usar y tirar, la demanda aumenta exponencialmente.

Revolución Digital

La convergencia digital ha permitido que, actualmente, todos los individuos tengan acceso a un recurso que facilita la comunicación y la colaboración inmediata y sin límites entre ellos, así como el acceso al conocimiento sin restricciones. Incluso, más recientemente con el advenimiento del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), también es posible interactuar con objetos.

Vivimos en una sociedad inmersa en una profunda revolución tecnológica que pronto modificará la forma de vivir, trabajar e interrelacionarnos. Se trata de una transformación como nunca antes se ha visto: la Cuarta Revolución Industrial, caracterizada por el impacto que generarán la velocidad, el alcance y los sistemas, cambios impulsados por la convergencia de los mundos físico y digital con el de los seres humanos.

Para evolucionar hacia un ecosistema digital

En la búsqueda de sustentabilidad, la convergencia digital —materializada en la Tecnología para la Información y la Comunicación (TIC)— constituye una plataforma tecnológica poderosa que, sin ser la panacea, ofrece las herramientas necesarias para encarar los retos relacionados con el uso racional de los recursos naturales, su preservación y restitución.

En el presente, México dispone de dicha plataforma: la infraestructura resultante de programas gubernamentales como México Conectado, La Red Compartida y ciertos avances de la Estrategia Digital Nacional, así como la contribución de la iniciativa privada.

Esta alianza se traduce en un ecosistema digital robusto que, aunque es de lento desarrollo y se encuentra en plena expansión, está enfocado en mejorar la convivencia y el bienestar de los ciudadanos, a la vez que procura el uso racional de los recursos.

En un segundo momento, será necesario contar con las herramientas necesarias para la implementación del modelo sostenible. Prácticamente todas las herramientas que provee la Tecnología para la Información y la Comunicación (TIC) son susceptibles de aplicarse para mejorar la sustentabilidad de una comunidad, sobre todo aquellas que reducen el consumo de recursos naturales no renovables y que evitan la liberación de contaminantes al ambiente, o que reciclan productos descartados, facilitando las labores del trabajador y mejorando la calidad de vida de los individuos.

El común denominador de las herramientas es el uso de la conectividad mediante internet, en especial de banda ancha y a través de fibra óptica.

Finalmente, es importante mencionar que los retos que México enfrenta en materia de sustentabilidad no son ajenos a los que aquejan a nivel global a la humanidad, aunque están modulados por el nivel de desarrollo socioeconómico del país.

El crecimiento poblacional, la mejoría en las condiciones de salud, el desarrollo industrial, la expansión y el congestionamiento en las urbes, así como el exorbitante incremento en la demanda de satisfactores, imponen una tensión excesiva sobre la disponibilidad de los recursos naturales, mismos que son limitados y finitos.

9 retos por enfrentar en México

Para enfrentar los problemas actuales, se requieren nuevos hábitos, herramientas, infraestructura y formas de pensamiento y colaboración:

1. Optimizar el uso del agua mediante mejores sistemas urbanos de distribución que eviten fugas (en las que se desperdicia el 40%) y mediante sistemas de riego que hoy consumen el 70% del agua disponible, así como aumentar la oferta del volumen de agua pluvial recolectada y el reúso de la residual tratada.

2. Mejorar los métodos de cultivo, prevención y control de plagas, optimización del uso de fertilizantes, insecticidas y cuerpos de agua evitando la depauperación del suelo y la contaminación del ambiente.

3. Conocer mejor la calidad del agua. Un 70% de los lagos, lagunas, ríos y otros cuerpos de agua tienen algún grado de contaminación. Sin embargo, CONAGUA desconoce la calidad del agua en más de la mitad de los 653 acuíferos del país y sólo dispone de 95 plantas de tratamiento de aguas residuales, de las cuales 70 son públicas, 15 privadas y 25 comunitarias.

4. Controlar las emisiones de gases de efecto invernadero ocasionadas por el crecimiento urbano que genera mayor demanda de energía y transporte. El 39% de las emisiones proviene del transporte, 38% de la generación de energía eléctrica, 15% de la industria, 5% de las residencias y 1% del uso comercial y público.

5. Estimular la creación de áreas de generación de energía mediante fuentes renovables: eólica, solar y geotérmica, así como redes inteligentes de distribución (smart grid) que regulen el aprovechamiento eficiente y la conservación de energía.

6. Proteger y recuperar las áreas boscosas (196.7 millones de hectáreas), mismas que cada año sufren los efectos de más de 10,000 incendios forestales de diversas magnitudes, sobrepastoreo furtivo y otras actividades degradantes como la minería ilegal.

7. Conservar las 182 áreas protegidas para la preservación de flora y fauna, equivalentes a 196.4 millones de hectáreas que comprenden las Reservas de la Biósfera, Parques, Monumentos Nacionales y Santuarios, además de vigilar los 142 espacios de humedales (9 millones de hectáreas).

8. Promover el establecimiento y la operación de procedimientos de control a distancia de sistemas, máquinas y utensilios en fábricas, oficinas y hogares (IoT).

9. Procurar la transformación de las ciudades hacia modelos urbanos más inteligentes y sostenibles (Smart Cities).

¿Qué falta por hacer?

El proceso para lograr una sociedad sustentable está en marcha; en México se dispone ya de un buen armamentarium tecnológico, aunque todavía no es suficiente. Sin embargo, los retos por superar son muchos y algunos de magnitud significativa.

El esfuerzo para lograr la sustentabilidad debe redoblarse y no depende exclusivamente del empeño de autoridades y empresarios, sino también de la participación de todos y cada uno de los ciudadanos, quienes juegan un papel destacado en este esfuerzo nacional que, con la suma de acciones individuales, podrá contribuir a preservar el medio ambiente y lograr una mejor calidad de vida para la generación presente y las futuras.

 

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