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¿Deberían las unidades de gobierno dar capacitación en Redes Sociales?

Claro y rápido, la respuesta es sí, pero ¿por qué y para qué? ¿Acaso no todos somos expertos usuarios de las Redes Sociales al manejar nuestro perfiles personales?

Si bien las agencias de gobierno han reconocido la importancia que las Redes Sociales tienen como medio de comunicación, e incluso algunas de ellas han entendido las capacidades bidireccionales y de comunicación pública que tiene esta forma de interacción en Internet, no todo está resuelto. Hay cientos de cursos y consultores que ofrecen servicios de manejo de Redes Sociales institucionales, hay empresas que viven del “community management” y ya vemos libros y manuales de etiqueta de las instituciones en los medios sociales, ¿pero hay alguna política para los servidores públicos?

Los temas sensibles o que generan riesgos potenciales para cualquier organización son objeto de especial cuidado en las instituciones públicas. Se dan cursos de derechos humanos, equidad de género, seguridad informática y otros, pero aún no vemos un cuidado similar con el comportamiento de los funcionarios en las Redes Sociales. Y es que sin quererlo, a pesar de que cada individuo afirme que su comportamiento en redes sociales es a título personal, la sociedad difícilmente hace una diferencia de las acciones y dichos de un servidor público de sus acciones como empleado gubernamental.

Las agencias de relaciones públicas que tienen como clientes a dependencias gubernamentales pierden el sueño con el tema del comportamiento de los funcionarios públicos en los medios sociales. ¿Habrá una publicación o comentario ofensivo de un empleado de gobierno?, ¿una fotografía inapropiada?, ¿insultos o expresiones de insatisfacción laboral? o incluso ¿algún caso de despido y pleito laboral por causa del uso inapropiado o en horas de trabajo de redes de algún empleado contra su dependencia? Y a todo esto, ¿hay una política de uso de Redes Sociales en la institución?

Y es que los casos de una mala interpretación de una fotografía, comentario o publicación son innumerables. Si eres empleado de alguna manera representas a la institución, ya sea pública o privada, y por ello tu comportamiento en las redes puede (y lo hará) interpretarse como el actuar de la institución (el resultado es igual a la suma de las partes en la lógica pública). Por eso será muy complicado separar un comentario con contenido ofensivo que publica un funcionario, de su actuar en la institución.

No existe la opción de ignorar el asunto. Esconder la cabeza bajo el suelo no es una solución. Hay que iniciar a capacitar a los empleado públicos en la importancia, alcance y consecuencias de sus acciones, dichos y comportamiento en las Redes Sociales, antes de que venga el próximo escándalo. No es suficiente con el sentido común en muchas ocasiones.

Con información de Government Technology.

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