Los paradigmas enunciados por Hipócrates y reforzados por Galeno respecto al método clínico (cerca de la cama) condicionaron el ejercicio de la medicina hasta el siglo XVII, los cuales estaban basados en la interpretación de la información exclusivamente recabada mediante la observación simple, el interrogatorio y la exploración directa de la persona enferma para llegar al diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades.
La incorporación de la tecnología a la práctica médica se inició con el descubrimiento del holandés Janssen, a través del microscopio, de la existencia de “bichitos” diminutos y que posteriormente Pasteur identificaría como responsables de ciertas enfermedades infecciosas. Un siglo después, el alemán Roütgen agregó al armamentarium médico el uso de la energía radiante (denominada rayos X) para la exploración del interior del organismo.
Así es como el desarrollo de la tecnología ha brindado apoyo valioso para el diagnóstico certero y el tratamiento oportuno de los padecimientos. En la actualidad, las Tecnologías para Información y la Comunicación (TIC) no han sido ajenas a esa tarea, aportando nuevas y diferentes aplicaciones al ejercicio de la medicina:
- Difusión y disponibilidad universal de conocimiento actualizado
- Comunicación y consulta online, a distancia y en tiempo real entre médicos
- Manejo sin limitaciones de archivos clínicos
- Remisión directa al médico de resultados de estudios de laboratorio
- Cirugía a distancia con robots
- Cirugía mediante microscopio o endoscopía
- Dispositivos con microprocesadores para modificar las funciones corporales
- Dispensadores automáticos de medicamentos o líquidos intravenosos, entre muchas otras
En este ámbito, donde la comunicación vía internet constituye una de las herramientas responsables de la Cuarta Revolución Industrial, surge el uso del Internet de las Cosas como valioso instrumento para la interacción médico-paciente y la realización de ciertas acciones correctivas o terapéuticas, aun cuando el paciente no esté presente en el consultorio o el hospital.
De nuevo: ¿qué es Internet of Things?
La reunión del Fondo Económico Mundial celebrada a inicios de 2016 estuvo centrada en este tema, ya que, como destacó el presidente del mismo, Klaus Schwab, “ahora, con el dramático incremento en la conectividad móvil global y la incorporación de sensores, robots y análisis de datos, estamos ante el surgimiento de tecnologías que tienen la capacidad de crear un nuevo ciclo de innovación y actividad económica global. La convergencia de los dominios digital, humano y físico dará como resultado que el software se coma al mundo”.
El concepto de Internet de las Cosas (Internet of Things o IoT) fue propuesto por primera vez en 1999 por un pionero en tecnología de los sensores, el británico Kevin Ashton, como “un sistema de objetos del mundo físico que se conectan a internet mediante sensores”. Hoy en día, la definición de mayor aceptación en el medio es la propuesta por Vermesan y Friess: “Infraestructura de comunicación en una red global y dinámica con capacidades de autoconfiguración, basada en protocolos de comunicación estándares e interoperantes, donde cosas físicas y virtuales tienen identidad, atributos físicos y personalidad virtual. Estas mismas cosas usan interfaces inteligentes y están integradas en forma compacta dentro de un sistema de red de información”.
El Internet de las Cosas se está haciendo cada vez más popular como herramienta en múltiples campos de la industria y los servicios:
- Producción en masa: la maquinaria que se encarga de controlar los procesos de fabricación, robots ensambladores, sensores de temperatura y control de producción; todo está conectado a internet en cada vez más empresas.
- Control de infraestructura urbana: semáforos, puentes, vías de tren, cámaras urbanas y mucho más. Cada vez más ciudades implementan este tipo de infraestructuras basadas en IoT, las cuales permiten monitorear el correcto funcionamiento de sus estructuras y adaptarlas con mayor flexibilidad ante nuevos eventos.
- Control ambiental: una de las áreas en las que está teniendo más éxito, pues permite acceder desde prácticamente cualquier parte a información de sensores atmosféricos, meteorológicos y sísmicos.
- Sector salud: clínicas y hospitales alrededor del mundo confían en sistemas que ayudan al personal a monitorear a los pacientes de manera ambulatoria y no invasiva, así como a interactuar con ellos para modificar el tratamiento o alertarlos de riesgos inminentes.
IoT para el ciudado de la salud
En el caso particular de la aplicación del Internet de las Cosas en las áreas de la salud, se han acuñado términos específicos como:
- Internet de las Cosas Médicas (IoMT o Internet of Medical Things)
- IoT de la salud
- Internet de las Cosas para el Cuidado de la Salud (IoHT o Internet of Healthcare Things)
- e-Salud
- Telemedicina
El Internet de las Cosas para el cuidado de la salud permite:
- Agilizar la toma de decisiones médicas
- Reducir el costo de los servicios sanitarios, particularmente el gasto en el mantenimiento de los equipos y dispositivos médicos
- Interacción ubicua y en tiempo real entre médico y paciente
- Diagnóstico y prevención de enfermedades
- Disponibilidad inmediata de historiales médicos
- Manejo elevado de pacientes crónicos y vigilancia de personas de la tercera edad, sin tener que trasladarse a las unidades médicas constantemente
El segmento de mercado del IoT de la Salud está teniendo tal desarrollo que la Consultora McKinsey & Co. estima que su empleo permitirá un ahorro de 63 mil millones de dólares, a nivel mundial, en costos y gastos médicos durante los próximos quince años.
Este artículo se publico en el número 16 de la revista impresa u-GOB
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