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Innovación y transformación gubernamental en tiempos del gobierno abierto y las redes sociales

innovación y transformación

Las tecnologías de información han sido consideradas desde sus orígenes un instrumento potencial de transformación de las actividades dentro de las organizaciones. En uno de los artículos seminales sobre la transformación facilitada por estas tecnologías, Leavitt y Whisler[1] preveían que el poder de procesamiento de las computadoras, de forma conjunta con técnicas estadísticas y matemáticas de análisis de los datos, transformarían la forma en la que las organizaciones serían administradas en las décadas por venir; o qué decir del “memex”, dispositivo para la organización, almacenamiento y consulta de información ideado por Vannevar Bush en 1945[2], y que para muchos podría parecerse a uno de nuestros dispositivos móviles actuales conectados a Internet. Si bien la transformación no ha sido tan rápida como muchos esperaban, y las estructuras organizacionales siguen siendo similares a aquéllas de los 40’s y 50’s del siglo anterior, todos hemos sido testigos de múltiples cambios diseñados para incrementar la eficiencia y la efectividad de las operaciones internas de las organizaciones.

Hacia finales del siglo pasado, con el desarrollo de las redes de telecomunicaciones y la Internet, las tecnologías de información empezaron a prometer un nuevo tipo de innovación y transformación, ahora enfocado a conectar a las organizaciones con diferentes stakeholders hacia el exterior de las mismas. Aunque la WWW fue creada desde sus orígenes por Sir Tim Berners-Lee como una plataforma de colaboración e innovación, la posibilidad de participar en ella –al menos en sus orígenes—se encontraba limitada sólo a aquéllos versados en el uso de protocolos como html y ftp. No obstante, con el surgimiento de los medios sociales y las tecnologías que los habilitan publicar y colaborar en Internet se ha puesto al alcance de muchas personas más[3]. Estas nuevas capacidades de las tecnologías de información no reemplazan, sino que agregan a sus capacidades tradicionales de procesamiento de información y técnicas analíticas para el desarrollo de aplicaciones que permiten a cualquier actor ser fuente de innovación y transformación. En los siguientes párrafos quiero exponer algunos ejemplos de cómo este tipo de innovación se esta presentando.

Quizá una de las formas más sencillas, aunque no por ello menos poderosas, del uso de estos medios sociales para innovar y transformar consiste en el uso de las plataformas sociales como medios para que los ciudadanos inicien comunicaciones entre ellos y con su gobierno. Un ejemplo de estas aplicaciones es el caso del uso de Twitter por los vecinos de Huixquilucan en el Estado de México a través de la cuenta @Vecinodeteca[4]. Esta comunidad de vecinos se define a sí misma en su perfil de Twitter con la frase “Reconocemos cuando se trabaja bien y cuando no, ¡lo denunciamos! Buscamos el éxito del gobierno = al éxito de la comunidad”. La cuenta es utilizada en primer lugar como una forma de mantenerse alerta sobre eventos y problemas locales así como para comunicar problemas de vialidad. Así, aproximadamente la mitad de los Tweets[5] que mencionan la cuenta contienen información sobre problemas de tránsito local y anuncios locales. Adicionalmente, aproximadamente una tercera parte de los tweets contienen reportes y seguimiento a problemas observados en los servicios de gobierno locales en áreas como pavimentación, alumbrado público, recolección de basura o seguridad. Así, a través de esta cuenta, los vecinos se convierten en un instrumento de monitoreo y solución de problemas con los servicios locales.

Otras formas de innovación que requieren de mayor conocimiento por parte de los ciudadanos implican el desarrollo de aplicaciones y herramientas de acceso a los datos que desde hace algunos años se hacen públicos tanto en México como en otros países. Estos ejemplos de innovación pueden ser tanto casuales como oportunidades de emprendimiento más cuidadosamente planeadas. Entre las primeras, podemos considerar el caso de Agilite Software, un programador que al mudarse a Edmonton, CA, y sufrir problemas de tráfico por los continuos proyectos de construcción y mejora de las vialidades en la ciudad, aprovechó la disponibilidad de datos de los proyectos en la ciudad para el desarrollo de una aplicación móvil que facilitara el acceso a los mismos con una interface gráfica que incorpora un mapa de la ciudad. La aplicación se mantiene en comunicación con el sitio de datos abiertos de Edmonton para ofrecer siempre la información más actualizada de cierres de vialidades y cambios en el tránsito de la ciudad, haciéndola de fácil acceso para todos aquéllos con un dispositivo móvil y una conexión a Internet. Si bien la aplicación fue desarrollada para ser utilizada principalmente por su creador, ésta captó la atención de los medios locales y se ha convertido en una aplicación muy popular entre los habitantes de la ciudad. Un ejemplo de ciudadanos emprendedores que buscan facilitar el acceso a datos abiertos de formas más estratégicas y planeadas lo constituye la organización Gobierno Fácil[6]. Esta organización tiene la misión de hacer más accesibles para su uso los datos que diferentes agencias de gobierno hacen públicos a través de herramientas de visualización. Una de sus aplicaciones más maduras es INEGI fácil, que utiliza los datos del INEGI para consultar de forma sencilla indicadores o visualizar datos en Google Maps. Más aún, INEGI fácil mantiene abiertos los códigos de programación, facilitando a otros desarrolladores crear sus propias aplicaciones. Gobierno Fácil constituye un excelente ejemplo de formas en las que los ciudadanos innovan para promover la transformación utilizando tecnologías de información.

Como un par de ejemplos también con mayor grado de sofisticación, quiero compartir un par de aplicaciones en el área de la salud pública en los Estados Unidos: Food Borne Chicago[7] y Patients like me[8]. Food Borne Chicago es una iniciativa de un par de ONGs en la ciudad que colaboran con el Departamento de Salud para mejorar los procesos de inspección sanitaria en restaurantes. Para lograr este objetivo, pusieron a la disposición de los ciudadanos y visitantes en la ciudad una aplicación web que permite reportar problemas de intoxicación alimenticia que se sospecha iniciaron después de visitar un restaurante. Las ONGs analizan la información utilizando herramientas estadísticas y de análisis de datos, que les permite identificar problemas y tendencias. Esta información es compartida con el departamento de salud de la ciudad, quien en casos necesarios, realiza inspecciones extraordinarias a establecimientos de comida. Esta colaboración ha ayudado a identificar más de 50 restaurantes con violaciones al código de salud en el último año. Finalmente, Patients like me es una organización que facilita el contacto entre pacientes que, después de visitar a muchos doctores, parecen no mejorar en sus condiciones de salud. Dado que la enfermedad específica del paciente no está claramente identificada, los pacientes comparten síntomas y diagnósticos probables de sus malestares. Utilizando técnicas analíticas como filtros colaborativos (similar a los sistemas de recomendación de Amazon o Netflix), ponen en contacto a los participantes con otros pacientes como ellos. Además de darse soporte mutuo, los pacientes participantes colaboran en la creación de una base de datos que se comparte con la comunidad médica, proporcionando datos que se utilizan en investigación académica para mejorar el diagnóstico y tratamiento de distintas enfermedades.

Si bien estos ejemplos son muy alentadores, tomó casi 50 años para que las transformaciones previstas por Vannevar Bush, Harold Leavitt y Thomas Whisler fueran claramente observables de forma generalizada. Más aún, la investigación en gobierno digital sugiere que las promesas de transformación prometidas en las últimas décadas no son realmente observables todavía más allá de ejemplos como los que he compartido con ustedes en estos párrafos. Acelerar este proceso de transformación requiere, desde mi punto de vista, líderes ciudadanos, emprendedores y funcionarios comprometidos que no solamente entiendan de las tecnologías, sino que tengan las habilidades para crear las alianzas y liderar proyectos de colaboración e innovación orientados a la creación de valor y mejora de las condiciones de vida de todos.

[1] Ver H. J. Leavitt y T. L. Whisler, “Management in the 1980’s,” Harvard Business Review, 1958, http://hbr.org/1958/11/management-in-the-1980s/ar/1.

[2] Ver Vannevar Bush, “As We May Think,” The Atlantic, July 1945, http://www.theatlantic.com/magazine/archive/1945/07/as-we-may-think/303881/.

[3] Es cierto que la participación aún se limita a quienes están conectados a Internet. No obstante, el INEGI reportó que en nuestro país existen casi 47.5 millones de personas conectadas a este medio en el 2014, lo que representa alrededor del 45% de la población total y un poco más del 60% en zonas urbanas como el Distrito Federal http://www3.inegi.org.mx/sistemas/sisept/default.aspx?t=tinf239&s=est&c=26487

[4] Ver https://twitter.com/vecinodeteca

[5] Usando datos de Francisco Javier Tarango Regis, Roberto Fuentes Enríquez y Juan Carlos Montes de Oca López, de la Universidad Autónoma del Estado de México.

[6] Ver http://gobiernofacil.com/

[7] Ver https://www.foodbornechicago.org/

[8] Ver http://www.patientslikeme.com/

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