Volvamos al 3 de julio de 2019:
“No puedo ver las fotos que me enviaste, amor”, le decía un usuario de WhatsApp a su novia a eso de las 10:40 horas, quien calculó que el problema provenía de la memoria de su celular y entonces comenzó a borrar imágenes para liberar espacio de almacenamiento.
“Chicos, pregunta: ¿no les están fallando las redes sociales?”, se leía en Facebook a las 11:27 horas, ya que la titular de la cuenta no lograba publicar un álbum de imágenes, mientras que entre los comentarios a su posteo referían no poder actualizar sus historias, tanto en la versión móvil como la de escritorio.
Hacia las 15:00 horas, una usuaria tuiteaba que “Me estresa mucho que no pueda mandar ni audios, ni imágenes, ni videos, ni stickers en WhatsApp, mE eStOy PoNiEnDo MuY nErViOsA #whatsappdown”.
“Arggg! No sale el audio que te grabé y pues no voy a escribirte todo eso en un mensaje, mejor te platico cuando esto vuelva a servir”, vociferaba a las 17:13 una usuaria de WhatsApp a su amiga, desesperada por la posibilidad de tener que digitar, letra por letra, un texto largo desde su teléfono.
A estas alturas del día, millones de usuarios de Instagram, Facebook y WhatsApp notificaban a sus contactos —sí, a través de un simple texto— que se encontraban tensos y desconcertados por tener que comunicarse sin gráficos o debido a que era imposible compartir momentos importantes de su día mediante un archivo fotográfico.
“Con las fallas en Instagram, Facebook y WhatsApp están todos en Twitter, veo usuarios que no habían iniciado sesión en años! = ) #WhatsApp #whatsappdown #instagramdown #facebookdown #Facebook #Instagram”
Los memes se desataron especialmente en Twitter, con imágenes de Tom Hanks en la película El náufrago pintando palitos en un tronco de árbol o con la postal de un abrazo presencial de dos personas: “Madre e hija se reencuentran en su propia casa, gracias a la caída de WhatsApp, Facebook e Instagram”.
Usando hashtags como #WhatsappDown, #FacebookDown e #InstagramDown, algunos internautas recomendaban: “¡Ahora es el momento de cambiar a Telegram!”. Unos pocos presumían de no tener complicaciones porque usan Slack. Muchos tuvieron que recordar que sí se puede enviar una factura vía correo electrónico, no sólo desde la mensajería instantánea.
Y sí, otros muchos se vieron en la necesidad de retomar sus perfiles abandonados de Twitter y los viejos emojis o emoticons tipográficos que, a su regreso, provocaron risas e incluso una cierta nostalgia. Nos referimos a antiguos gestos de la era SMS, tales como:
: )
=)
: D
-___-
o hasta “=^•^=” (así es, se trata de un gato)
Advertencias, comunicados y revelaciones
Aunque las reacciones de alerta y crisis se desataron al mediodía del 3 de julio, el problema comenzó alrededor de las 10 de la mañana (hora del centro de México). Según el sitio DownDetector, las plataformas WhatsApp, Instagram y Facebook dejaron de funcionar de manera parcial (si bien no hubo como tal una caída de las aplicaciones) en Estados Unidos, Perú, Brasil, México, Chile, Rusia y casi todos los países europeos, aunque gradualmente el problema fue extendiéndose a Malasia, Australia, Argentina, Perú, Venezuela, Sudáfrica, Japón e India.
Facebook e Instagram presentaron problemas principalmente en Europa y Estados Unidos (sobre todo en California y en el este del país), mientras que WhatsApp marcó errores especialmente en Sudamérica.
El comunicado de Facebook (empresa que también es dueña de Instagram y WhatsApp), llegó desde las 11:18 horas para responsabilizarse de los fallos provocados por tareas rutinarias: “Durante una de nuestras operaciones de mantenimiento, hemos desencadenado un problema que está dificultando para algunos usuarios la subida o envío de fotos y videos”.
Tuiteros de Alemania, Reino Unido y Estados Unidos revelaron que, en las imágenes que no lograban descargar a través de Whatsapp, aparecía un nombre de imagen (tag) que ellos jamás habían asignado y que se relacionaba con el contenido de los archivos visuales, lo cual ha hecho pensar que probablemente la información se utiliza para afinar los algoritmos de marketing y publicidad de estas redes sociales y sus mensajeros instantáneos, incluyendo el Messenger de Facebook.
Poco después de conocerse los fallos en las aplicaciones de Facebook, Twitter (sí, también Twitter) comunicó en su propia red social que estaban teniendo “algunos problemas” con la entrega de mensajes directos y las notificaciones. “Estamos trabajando en arreglarlo y actualizaremos la información tan pronto tengamos más noticias”, sin olvidar pedir una disculpa a sus usuarios.
Unas ocho horas después del primer aviso oficial de Facebook, la compañía lanzó otro: “El problema ya se resolvió y deberíamos estar disponibles al 100% para todos. Lamentamos cualquier inconveniente”.
En busca de las explicaciones
Pese a que, un día después del fallo mundial, las propias empresas todavía no han aclarado las causas, el mismo día de la crisis se especuló en medios de comunicación sobre la relación directa con problemas en los servidores de Cloudflare, empresa estadounidense de rendimiento web, seguridad y nube que tiene uno de los principales servidores de DNS en el mundo. La interrupción de 30 minutos en esta plataforma de alojamiento provocó errores en páginas web de muchos países. Sólo que esto ocurrió un día antes, el 2 de julio.
Por ello, John Graham-Cumming, CTO (Chief Transformation Officer) de Cloudflare, advirtió el 3 de julio en su cuenta de Twitter que “Ayer la interrupción fue causada por un mal despliegue de una regla de seguridad” y dejó claro que las interrupciones en Facebook, Whatsapp, Instagram y también Twitter no estaban relacionadas con Cloudflare, “pero simpatizamos profundamente con el dolor que sienten hoy”.
¿Qué prueba dejó Graham-Cumming de la no responsabilidad de Cloudflare en la caída masiva de las redes sociales? La publicación que hizo el día anterior a las 11 de la mañana en el blog de la compañía, donde explicó que los visitantes de los sitios de Cloudflare sufrieron 502 errores causados por el aumento masivo en la utilización de la CPU de su red, pico que pudo deberse a un despliegue de software incorrecto. Pero no, se supone que no fue esto lo que tiró las redes sociales en el día al que nos referimos.
Los expertos en ingeniería informática y ciberseguridad, como Jane Manchun Wong (blogger de tecnología e investigadora de aplicaciones), coinciden en que probablemente se trató de un corte en un centro de datos, o bien, de una avería en uno de los servidores de Facebook que afectó la red de distribución de contenidos (CDN, por sus siglas en inglés), y hasta se habla de un ataque DDoS (denegación de servicio distribuida). Justo fue Manchun Wong quien a las 10:23 horas del 3 de julio reportó en su Twitter que “X-fb-response-reason: no hay ningún servidor disponible para la solicitud”.
La empresa Oculus, que pertenece a Facebook y desarrolla tecnologías de realidad virtual, también “dio la cara” durante la jornada de la caída masiva, mediante un tuit en el que se declaraban conscientes de los problemas relacionados con la descarga de software, que afectaron a millones de usuarios. “Lamentamos el problema y estamos trabajando en una solución. Gracias por su paciencia”.
A más de 24 horas del fallo mundial, hay menos quejas y remembranzas en las redes que parecen funcionar normalmente.
Quizá convenga ahora recordar que casi el 30% de los usuarios de Facebook en México le dedica a esta red dos horas al día en promedio, de acuerdo a un estudio de la consultoría Comunicación Política Aplicada. En dicho reporte, se revela que el 18.23% de los usuarios destina tres horas al día a Facebook, el 8.37% cuatro horas diarias, casi el 9% unas cinco horas, el 4.48% seis horas y el 8.87% está ahí más de seis horas de cada día. ¿Y en el caso de la mensajería instantánea? Según la misma fuente, en México 52.5% de los usuarios de WhatsApp lo utilizan de dos a cuatro horas al día.
No en vano hubo enojos y verdadera desesperación el pasado 3 de julio, lo que para muchos implicó replantearse qué redes sociales son más seguras y estables, cuáles descartar en sus smartphones y cuál es el status personal de la relación (¿o dependencia?) con el universo social media. No en vano, el 3 de julio se tuitearon y postearon advertencias de que algo está mal con las redes y recordaron la anterior caída masiva de mediados de marzo de este año.
Para otros, el problema es algo normal y de rutina cuando se llevan a cabo labores de mantenimiento (¿que pudieron haber sido anticipadas a los usuarios?). Mientras logramos saber más sobres las causas de la falla, nos quedamos con una sencilla y breve reflexión del tuitero Danny Chamorro de Bogotá, Colombia: “Las reacciones a la caída masiva de WhatsApp, Instagram y Facebook solo nos demuestran que somos muy dependientes de las redes sociales y que al parecer prima más la vida virtual que la real #VivirSinRedesSociales”.