[sam_pro id=0_33 codes=”true”]
La nueva realidad petrolera de México consta de tres elementos negativos en los últimos años: precios internacionales deprimidos, menor necesidad de Estados Unidos de importar barriles (al mejorar su autoabastecimiento por las compras en años anteriores) y una capacidad más limitada de México para bombear crudo. Todo esto impacta en la economía de México, la cual depende de la venta del petróleo como principal ingreso de divisas al país.
A principios de este año, presenciamos una crisis social desencadenada por la falta de suministro de gasolina en por lo menos 15 estados de la República, debido a la existencia de tomas clandestinas (en los ductos Ciudad Juárez-Chihuahua, Palacio-Chihuahua, Cadereyta-Gómez y Salamanca-Guadalajara), el mantenimiento de la Refinería de Cadereyta y un nuevo sistema de facturación por parte de Pemex Refinación. Para Pemex, el problema de abastecimiento de combustible ha sido provocado, en gran medida, por la presencia de dichas tomas clandestinas. La disminución de la presión en la red de distribución (17 mil kilómetros de ductos que atraviesan el país) provoca que, de manera automática, se cierren las válvulas que liberan su paso a través de los ductos. Al cerrarse, la gasolina no puede circular de manera regular hacia los centros de distribución o terminales.
El problema de desabasto ha sido una molestia para la ciudadanía y tiene efectos en la cadena productiva de bienes y servicios por su impacto en el transporte de mercancía, es decir, nos enfrentamos a desabasto de productos de primera necesidad por la falta de gasolina en varios estados. A su vez, la carencia de estos productos origina alza de los precios de éstos y con ello aumenta la inflación.
Precio sin mejora
En diciembre de 2016 se estableció el cronograma de flexibilización de precios de gasolinas y diésel, previsto en el Artículo Transitorio Décimo Segundo de la Ley de Ingresos de la Federación para el ejercicio fiscal de 2017.
La Comisión Reguladora de Energía (CRE), que es la encargada de regular y supervisar el transporte, almacenamiento, distribución, comercialización y expendio al público de gasolinas y diésel, aclaró que los precios máximos al público serán determinados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con base en el precio de la referencia internacional y, en su caso, las diferencias en calidad y en costos de logística entre regiones.
De acuerdo con el titular de la CRE, a partir de 2017 el precio administrado máximo convive con el precio flexibilizado de la liberalización del combustible. Así, la variación de los precios está determinada principalmente por los costos logísticos, el tipo de cambio y el precio internacional del petróleo. En resumen, la Ley de Hidrocarburos no servirá para mejorar los precios de la gasolina.
¿Desde cuándo suena el teletrabajo?
En 1973, Jack Nilles conceptualizó el trabajo fuera de las instalaciones del empleador al proponer “llevar el trabajo al trabajador, en lugar del trabajador al trabajo”, con el fin de evitar el desplazamiento hacia y desde el sitio de trabajo (telecommuting en sus palabras). Más tarde complementó el concepto al promover “la sustitución de los viajes normales relacionados con el trabajo por las Tecnologías para la Información”, debido a que los nuevos medios informáticos ofrecen mejores comunicaciones de forma remota, lo que permite trabajar de manera no presencial.
Al inicio y ya formalizado el concepto, el teletrabajo se utilizó para mantener la sustentabilidad de la sociedad en términos de energía, calidad del aire, desarrollo rural y urbano, e incluso manejo de riesgos, en virtud de diversos acontecimientos naturales o causados por el hombre, los que dificultaban, impedían o hacían inconveniente la presencia física del trabajador en el lugar habitual de trabajo (no había necesidad de desplazamiento). Nos referimos a situaciones como la falta de abastecimiento de combustible a inicios de los años setenta; el problema de la calidad del aire en el estado de California en la década de los ochenta; el ataque en 1993 al World Trade Center en Nueva York; el terremoto en el norte de Los Ángeles en 1989; el gran terremoto en Kobe (Japón) de 1995; los ataques en 1994 y 1995 con gas sarín en Japón; y posteriormente, las pandemias de fiebre aviar (1997) y de influenza AH1N1 (2009-2010).
La intención, al principio, fue la de reducir la circulación de vehículos de motor y más adelante, dispersar la fuerza de trabajo para evitar no sólo el atractivo para nuevos ataques terroristas potenciales o la diseminaciones de enfermedades infecciosas, sino también para limitar el costo en vidas humanas y la suspensión de actividades de las empresas, resultante de cualquiera de esas eventualidades.
e-Working en México
El teletrabajo se adoptó, de facto, a partir del surgimiento de las empresas maquiladoras de software y de procesamiento de datos en el territorio nacional, resultado de la firma del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica en 1997.
Después, otras organizaciones adoptaron alguna variedad de teletrabajo, como IBM, Hewlett Packard, KIO Networks, Cisco Communications, Microsoft, AT&T, Deutsche Post DHL, Grupo Elektra, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Instituto Politécnico Nacional, el Gobierno del Estado de Nuevo León, Walmart de México y Centroamérica, Xerox Mexicana y, en alguna medida, la Secretaría de Gobernación, el gobierno federal con el incipiente e-México y la iniciativa de gobierno digital.
En estos casos se ejerció la interacción electrónica para colaboración cliente-organización y empleado-empleado de una o diversas oficinas u organizaciones locales, nacionales o fuera de las fronteras nacionales.
Impacto del trabajo remoto para el consumo de gasolina
Su efecto positivo puede ejemplificarse con los siguientes datos y estimaciones ya publicados en sus respectivos países:
- En los Estados Unidos ahorran 300 millones de galones de gasolina al año.
- Siemens en Suecia calcula un ahorro de 80 mil litros de combustible al año por sus trabajadores desempeñándose a distancia.
- En Canadá dejarán de consumirse 389 millones de litros de combustible con un costo de 541 millones.
- En Aragón, España, se ahorrarían 583 millones de litros de combustible al año, con un costo de 758 millones de euros.
- En un clúster corporativo en México, localizado en una zona suburbana del poniente del área metropolitana de la Ciudad de México, se evitaría el consumo de 1,650 litros de combustible al año por cada automóvil que no viajara a esa zona.
6 facilitadores que urgen
Así como proponemos el teletrabajo para disminuir el consumo de gasolina, también lo recomendamos para evitar el problema de la contaminación que enfrenta el Valle de México (este tema ya fue publicado en la edición 9 de la revista u-GOB). Su correcta implantación ayudaría a resolver varios de los impactos de las problemáticas propuestas en los dos artículos.
Para una mayor adopción del trabajo a distancia en el país se requiere:
- Una pronta y más amplia disponibilidad de dispositivos tecnológicos
- Mejoría en la cobertura y la calidad de la infraestructura de telecomunicaciones
- Educación digital extendida
- Marco legal apropiado
- Aplicación de las políticas de equidad hacia las mujeres
- Particularmente, una profusa difusión del concepto de teletrabajo y sus beneficios para las organizaciones, los trabajadores y la sociedad.
Solo así, el trabajo remoto podrá ser implementado con mayor amplitud en México y, de esta manera, la contribución del trabajador en la mejoría del medio ambiente sería notoria a corto plazo.
El esfuerzo que actualmente está realizando el Gobierno Federal con la Estrategia Digital Nacional es insuficiente en el aspecto del teletrabajo, ya que no incluye un programa específico para fomentar el conocimiento y la adopción del trabajo a distancia en el país, con la finalidad de que más trabajadores, empresas y comunidades disfruten los beneficios de esta nueva modalidad de trabajo.
[…] – Go to Original Source – (link) […]