Si no eres el Alcalde de tu ciudad, imagina por un momento que lo eres y sientes que las cosas están en control. Seguro hay problemas, pero la ciudad es segura, pacífica y bien administrada. ¡Felicitaciones!
Entonces, alguien desarrolla una “app” que amenaza con transformarse en un generador importante de ingresos de la noche a la mañana. La gente puede ahora trastocar los mercados de contratar taxis, de contratar espacios públicos de estacionamiento o rentar una recámara disponible como un cuarto de hotel. ¿Cómo reaccionarías? Veremos aquí tres caminos que se han tomado cuando una app amenaza con alterar el control de la ciudad de su economía local.
- ¡Prohíbelo!
Berlín, Alemania, ha prohibido Uber, la app que permite a las personas contratar taxis desde su teléfono inteligente. Es impopular con muchos taxistas porque rompe su monopolio, pero muy popular entre los consumidores porque les hace la vida más conveniente y crea un mercado más competitivo.
- Toma su mercado
Los gobernantes de San Francisco se irritaron bastante cuanto apareció una app que permitía a los residentes subastar sus espacios de estacionamiento al conductor que esperaba un sitio de estacionamiento y tuviera la mejor oferta.
- Trabaja con ello
AirBnB es un sitio web que permite a las personas rentar sus viviendas como cuartos de hotel. Esto es bastante bueno para los turistas y los residentes, pero trastorna a la industria hotelera y podría fácilmente permitir a la gente evitar el pago de los considerables impuestos que pagan los hospedajes tradicionales.
Los tres modelos tienen sus ventajas y desventajas para cualquier alcalde, pero seguramente esta tercera opción es la mejor para todos los participantes del modelo. Las apps disruptivas hacen más fácil la vida a los consumidores y crean empleos, mientras tanto la ciudad mantiene la regulación y obtiene parte de las ganancias.
El artículo completo se encuentra en la versión impresa del número de junio de la revista u-GOB.