Ser una organización innovadora requiere transformarse. Quienes han dado el salto a la economía de la innovación —entendida como aquella donde la innovación es un activo empresarial— saben que, sin un proceso estructurado de evolución organizacional, será difícil conseguir una identidad innovadora que les diferencie ante la competencia, el mercado y los clientes.
Ahora bien, cuando hablo de organizaciones innovadoras no me refiero a las empresas tech, unicornios o digitales, sino a las que poseen la capacidad de repensarse para liderar la innovación, dominando los mercados y conceptos a partir de sus capacidades para innovar.
Hablemos de los siete must que se observan en organizaciones exitosas durante este proceso.
1. Identificar el tipo de innovación que se necesita y su estrategia
Siempre que he llegado a plantear este punto a las organizaciones, todas me han dicho “innovación disruptiva”, hace una década “radical” y antes de eso “incremental”. En cada época hay una innovación de moda, pero más allá de este hecho anecdótico, lo importante es que exista una definición común y ubicar aquello que se desea innovar, hecho que suele tener muchos propósitos, fines e intereses.
Además, de acuerdo con el tipo de innovación que se planea implementar, habrá diferentes tipos de enfoques, estrategias, recursos y acciones, formas de libertad organizacional, culturas y cambios estructurales, entre otros.
¿Sabes qué concepto y tipo de innovación y estrategia requiere tu empresa?
2. Innovar contando con las personas adecuadas
La innovación no es nada sin personas, pues ellas son el soporte, el petróleo y la gobernanza, lo son todo. Ahí radica la importancia de saberlas escoger y asignarles el espacio adecuado. No basta con darles horas de capacitación sin una motivación, un entorno y estructuras laborales propicias que les faciliten innovar.
Tampoco basta con seguir midiendo la innovación bajo métodos tradicionales. No se trata de los “viernes de cerveza”, “ideatones”, laboratorios de innovación, ecosistemas, prospecciones o vigilancia tecnológica, sino de cambiar efectivamente la forma de comprender el trabajo, lo cual incluye a directivos y colaboradores.
¿Ya sabes con quién cuentas para innovar?
3. Saber identificar la mejor fuente de ideas
Todo el tiempo escuchamos que la innovación requiere ideas. Por eso es importante saber de dónde sacarlas para que tengan calidad desde la perspectiva de la innovación. La calidad “innovacional” de una idea no se mide por la cantidad o por la novedad, sino por su capacidad efectiva para llegar a producir beneficios basados en la innovación como medida económica de éxito y de proveer valor sostenible.
¿Cuál es tu mecanismo y fuente continua de ideas?
4. Reconocer cuánta innovación se debe poseer
Esto puede sonar raro, pero se trata de que la innovación sea el activo real del negocio. Consiste en que la empresa evalúe hasta cuándo mantiene las innovaciones como parte de su core estratégico interno (patentes, secretos industriales, entre otros) versus la oportunidad o momento en que la innovación se libera al mercado para promover entornos competitivos y colaborativos.
¿Cuál es tu punto de equilibrio innovador?
5. Comprender la narrativa
Será vital saber escuchar lo que se dice respecto a la innovación. Los líderes de este tema tendrán la misión de ordenar y desplegar la innovación responsabilizando a otros de cómo transmiten los valores y creencias de la empresa. Las incoherencias en este sentido serán clave, pues marcarán la distancia de lo que tardará la innovación en conseguirse.
¿Conoces la narrativa de innovación en tu empresa?
6. Crear un proceso estructurado
Lo más evidente, pero no por ello lo más sencillo. La innovación debe formalizarse, mas no confundirse con burocratizarla o hacerla excesivamente procesual. Se trata de saber convertir ideas en negocios mediante mecanismos y entornos innovadores, siempre comprendiendo y teniendo presente la antropología y etnografía laboral (a veces etnometodología) de quienes trabajan, así como la cultura organizacional.
¿Sabes crear las estructuras adecuadas para procesos de innovación?
7. Saber gestionar nuevas formas y modos de trabajo
Este sí que es un tema. Logrados los seis puntos anteriores, lo crucial ahora será encontrar equilibrio entre ser un líder personal y uno en el trabajo. En el primer caso se pide ser creativo, comprometido, ágil, flexible, comunicativo, inteligente emocional y laboralmente, digital, transparente, con capacidad de discrepancia constructiva, de rápida experimentación, paciente, autónomo y conectado.
Por el contrario, en el segundo se trata de trabajar en equipo, relacionarse con proveedores, colegas y clientes como una comunidad social, de generar alianzas, ser participativo, colaborativo y coconstructor del mañana, de crear espacios de empatía emocional y social para crecer. Lo anterior sin mencionar que todos están pensando y haciendo lo mismo, lo cual dificulta la gestión de los nuevos espacios de relacionamiento entre personas en el marco de un desarrollo y crecimiento económico, personal, organizacional y empresarial.
¿Sabes si tienes las capacidades para gestionar las nuevas formas y los modos de trabajo surgidos en el marco de la innovación?