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El gran paso hacia el verdadero e-México
El gran paso hacia el verdadero e-México

El gran paso hacia el verdadero e-México

La edificación de un México electrónico o e-México, como sociedad digital de clase mundial, significa dejar de pensar y actuar de manera tradicional-analógica, como se ha hecho en el pasado siglo y hasta la fecha por el Estado mexicano. 

De hecho, todavía en papel se realizan prácticamente todos los trámites y servicios, o de manera mixta como en los juicios tradicionales y en línea que ha implementado el Tribunal Federal de Justicia Administrativa. Hoy, más que nunca, tenemos que pensar en un México cien por ciento digital, sin cabida para otra forma.

Para lograrlo, no hay más que echar mano del ingenio de los mexicanos (que es vasto y creativo) dando paso a la experimentación continua con las ideas, de modo que podamos transformar y simplificar lo analógico a partir del aprendizaje de nuestros aciertos y errores en este tránsito hacia el anhelado México electrónico.

Más que un cambio tecnológico

Transformar el Estado en tecnológico no tiene nada que ver con tecnología, pues ésta ya está disponible, esperando generar transformación y ávida de que se le encuentre aplicación. 

Por el contrario, transformar al Estado en e-Estado tiene todo que ver con el pensar y actuar de los administradores en turno, con las personas que tienen poder de decisión y que pueden desarrollar las estrategias de transformación necesarias.

Los administradores con tal poder son los únicos que pueden impulsar y transformar la forma en la que funcionamos los ciudadanos, las empresas, organizaciones e instituciones. Ellos deberán planear, organizar, dirigir y controlar de manera electrónico-digital el ecosistema completo.

Si bien un Big Bang de lo analógico a lo digital es ambicioso y por demás complejo, resulta necesario para un Estado como el nuestro con aproximadamente 130 millones de habitantes, tres poderes de la Unión, tres niveles de gobierno, 32 entidades federativas y 2,458 municipios.

De entrada, lo que el Estado puede plantearse es mover cuando menos uno de los servicios básicos a un modo totalmente digital, pues por algo hay que empezar y, a partir de ahí, de manera paulatina, avanzar con un plan a mediano o largo plazo que vaya eslabonando más servicios básicos, hasta lograr un estado de madurez suficiente que permita la incorporación de todos los servicios: cobro de impuestos como predial, ISR, IVA y IEPS; cobro de derechos como tenencia, agua, copias certificadas y aplicación de subsidios; generación de certificados de nacimiento y defunción; registro e inscripción en los distintos niveles escolares; control de enfermedades e incapacidades; entre otros.

Sólo así, pronto podremos contar con un Estado que preste servicios eficaces a sus ciudadanos y que opere, realice transacciones, gestione, administre, supervise, reporte y tome decisiones en tiempo real dentro de un ecosistema seguro y transparente, ahorrando tiempo y recursos a todos los mexicanos, y convirtiendo a la sociedad mexicana en una de las más avanzadas digitalmente.

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