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Gobiernos remotos: otra consecuencia del COVID-19
Gobiernos remotos: otra consecuencia del COVID-19

Gobiernos remotos: otra consecuencia del COVID-19

El brote de COVID-19 ha forzado un cambio repentino en cómo funcionan los gobiernos de todo el mundo al presentarles un desafío sin precedentes en tiempos de paz. 

La crisis se ha sumado significativamente a las responsabilidades y cargas de trabajo de los gobiernos, pues, además de liderar la respuesta y coordinar los esfuerzos en los sectores público y privado, los gobiernos deben, entre otras tareas urgentes, dirigir la política económica y gestionar un aumento en las solicitudes de desempleo.  

Las organizaciones gubernamentales deben equilibrar estas prioridades en competencia al mismo tiempo que acatan las órdenes de quedarse en casa y el distanciamiento físico para su fuerza laboral. 

Para adaptarse al entorno actual, los gobiernos primero deben asegurarse de que sus empleados tengan las herramientas para trabajar de manera remota. Luego, las organizaciones deben implementar nuevos enfoques de gestión, colaboración y cultura para crear un entorno de apoyo para la fuerza laboral. 

Dado que es poco probable que el mundo regrese por completo a sus formas previas a la pandemia, el sector público debería tratar de cambiar rápidamente su funcionamiento, incluida la mejora de su agilidad y productividad, de manera duradera. 

Herramientas de primera necesidad

Si bien algunas personas en funciones gubernamentales, incluidos los socorristas, no pueden trabajar de forma remota, otras pueden hacer la transición más fácilmente. Las organizaciones gubernamentales han invertido en tecnología y sistemas para permitir que una minoría de sus empleados trabajen desde sus hogares. 

En respuesta a la pandemia, muchos líderes gubernamentales ahora necesitan aumentar la capacidad para apoyar a todos sus departamentos, haciendo lo siguiente: 

  • Configurando una infraestructura para las comunicaciones, como llamadas de conferencia y videoconferencia, y asegurándose de que todos los usuarios sepan cómo acceder a ella. 
  • Acordando un método para compartir archivos para el trabajo remoto que incluye control de versiones y cuentas para problemas de seguridad relevantes (utilizando, por ejemplo, un servicio de intercambio de archivos y un sistema de correo electrónico aprobados por el gobierno).
  • Estableciendo una línea de ayuda compuesta por súper usuarios que puedan ayudar a sus colegas a accedera la red privada virtual y navegar por otros elementos de la infraestructura básica. 

Los gobiernos deberán trabajar estrechamente con sus funciones de adquisición y TI para identificar rápidamente sus necesidades y establecer prioridades.

Con información de McKinsey & Company

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