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La tecnología está acabando con el dinero

La tecnología está acabando con el dinero

En los albores de la civilización, cuando el trueque de bienes enfrentó el dilema de que el demandante u oferente no disponía del bien que la contraparte requería para efectuar el intercambio, surgió la necesidad de disponer de un medio de intercambio diferente al de las mercancías que fuera de aceptación general, que conservara su valor a través del tiempo, que no se deteriorara con el uso y que fuera durable para poder guardarlo, pero también de fácil manejo tanto en pequeñas como en grandes cantidades, y así surgió la moneda o dinero.

Ese fue el inicio del comercio como se conoce hasta nuestros días. Una actividad económica que, además de satisfacer necesidades básicas con productos disponibles en el entorno, ha representado un mecanismo de socialización y de construcción de culturas y civilizaciones. 

El dinero en el tiempo

A lo largo de su historia, el dinero ha cambiado de aspecto para hacer más fáciles las transacciones. Los predecesores de la moneda acuñada como la que se usa en estos días fueron conchas, abalorios, granos, animales y sus pieles, pedazos de minerales con metales preciosos o barras de esos mismos metales. Sin embargo, la primera moneda metálica (aleación de oro y plata) fue acuñada en Lidia, antigua ciudad de Asia Menor en la actual Turquía, entre el año 600 y 575 a.C.

Por su parte, la banca se inició en el Medievo con la intervención de la Iglesia Católica, las asociaciones de comerciantes y las personas acaudaladas que aceptaban la custodia de valores, efectuaban préstamos y respaldaban documentos mercantiles.

En 1966, The Bank of America emitió la primera tarjeta de crédito que, posteriormente, se convertiría en VISA y en los años 70 aparecieron las primeras relaciones comerciales que utilizaban una computadora para transmitir datos, tales como órdenes de compra y facturas. Posteriormente, en 1972 se ponen en operación los primeros cajeros electrónicos por ATM (Automated Teller Machine) y en 1995 inicia la irrupción de la banca online (e-banking) completamente desarrollada en Estados Unidos, de la mano del Security First National Bank (SFNB), año en que también Amazon y e-Bay lanzan las primeras plataformas de comercio electrónico (e-commerce). 

En 1999 el banco noruego Fokus Bank (ahora Danske Bank) ofrece el primer servicio de banca móvil, pero no fue sino hasta 2007 cuando este innovador método de interacción con el sistema bancario a través de la web se generalizó y rompió todos los patrones de servicio existentes, con el uso de tabletas y teléfonos inteligentes para transacciones bancarias y pago de servicios o bienes. Finalmente surge el sistema de valores digitalmente almacenados o criptomonedas, como es el caso de Bitcoin creado en 2009.

Los sistemas modernos de pago

Hoy la tendencia es buscar la seguridad y la comodidad de los usuarios mediante el uso de la nueva forma de dinero, es decir, el dinero electrónico, el cual se intercambia vía internet en respuesta a las instrucciones de quienes realizan algún pago o transacción electrónica. La disponibilidad de éste no infiere destruir el dinero existente, sino considerar la transformación de un objeto físico —monedas y billetes— a otro intangible de bits electrónicos que viajan, sin restricciones, a la velocidad de la luz alrededor del mundo mediante la supercarretera digital de internet.

Los avances tecnológicos permiten que las transacciones se hagan de manera muy rápida y sin necesidad de asistir a sucursales bancarias. En cambio, lo único que se necesita es tener una cuenta bancaria, acceso a la red virtual de comunicaciones y un dispositivo digital conectado a la red para acceder a servicios en línea, como hacer compras o transferencias de fondos. 

Sin embargo, aunque el pago mediante teléfonos móviles ya es posible, sólo está disponible para segmentos medios y altos. Por este motivo es más problemático y retardado el advenimiento de estos adelantos en países con menor nivel de desarrollo, de ahí que también en México sólo una parte de la población (predominantemente urbana) tenga acceso a este tipo de medios de pago, como lo evidencia la información contenida a continuación:

Método de acceso a banca electrónica

Población municipal Internet fijo Internet móvil
Menos de 2,500 8% 3%
2,500 a 14,999 9% 6%
15,000 a 99,999 14% 9%
100,000 o más 21% 12%
Fuente: Elaborado a partir de datos del Consejo Nacional de Inclusión Financiera, 2018

Los medios de pago electrónicos más usados en la actualidad son:

1. Tarjetas de crédito

Se compra antes de pagar al banco en la fecha pactada; funciona como un préstamo que se recibe de la institución bancaria.

2. Tarjetas de débito

Los pagos se realizan con el dinero que ya existe en la cuenta bancaria; cuando se registra el pago, el banco lo resta inmediatamente de la cuenta del usuario.

3. Tarjetas prepagadas (monederos electrónicos)

Con este tipo de tarjetas se paga antes de usar el servicio, por ejemplo, al comprar crédito para un teléfono móvil la cantidad pagada se registra y después se utiliza. Generalmente se utilizan para pagar cantidades no muy elevadas o para comprar en un solo establecimiento (tarjetas de regalo, monederos electrónicos o tarjetas para servicios en la red como videojuegos y otras distribuciones digitales de contenido multimedia como música, videos o libros).

Con el cambio en la forma del dinero, los riesgos en su uso también se han transformado considerablemente. Mientras que el uso de dinero en efectivo está disminuyendo, los fraudes, robos electrónicos o suplantaciones de identidad se han vuelto más comunes. Es por ello que los nuevos sistemas de pago y de manejo de dinero electrónico están desarrollando mejores mecanismos de seguridad para dar a los usuarios confianza en el uso de este dinero.

Swap y Plataforma Co-Di

Algunas empresas fintech están introduciendo un nuevo sistema de intercambio de dinero digital o en bits, llamado swap (trueque, intercambio o permuta en inglés). Se refiere a una aplicación que permite realizar transferencias de dinero a partir de una tarjeta de crédito o débito mediante un teléfono inteligente a los contactos digitales del usuario, vía WhatsApp o cualquier otra red social. El sistema opera bajo la premisa: “Antes lo complicado era ir al banco, ahora lo fácil es swapear. Con swap pagar se ha hecho fácil”.

Las ventajas que ofrecen las fintech que manejan el swap es que no se requiere ir al banco o a una tienda de conveniencia para hacer un depósito. Tampoco se necesita una cuenta bancaria, dar de alta contraseñas complejas (como la CLABE) o números de tarjetas. Es más fácil y rápido que utilizar las aplicaciones de los bancos, funciona 24/7 y en cualquier lugar. Además, los datos financieros de emisores y receptores están protegidos, y la comisión no sobrepasa el 5%.

Al dar de alta una tarjeta, ésta pasa por un proceso de tokenización y la información sensible se almacena en un servidor certificado PCI DSS Nivel 1 y se crea un token dinámico que hará referencia a la tarjeta. Así, en cada transferencia enviada, lo que viaja es el token, sólo válido para el usuario, y no la información financiera. 

Ciertos bancos (Santander, BBVA Bancomer y Banorte, por ejemplo) ya están implementando aplicaciones de swap semejantes, aunque los requisitos son más estrictos y debemos tener en cuenta que dichas instituciones las comisiones son mayores.

Por otro lado, una innovación en el sistema que sin duda impulsará el comercio electrónico está siendo probado e implementado por Banxico. La Plataforma Co-Di (cobro digital) funciona mediante el uso del código QR (quick response) y forma parte del Programa de Impulso al Sector Financiero. Su objetivo consiste en que sea posible realizar pagos electrónicos mediante un esquema en el que el pago es solicitado para quien sería el receptor de los fondos desde un dispositivo móvil o desde internet con la lectura del código QR que identifica al establecimiento. 

El esquema de transferencias a través de Co-Di podrá desempeñarse como una alternativa viable a los servicios de pagos electrónicos presentes actualmente en el mercado, así como el uso del efectivo. 

La implementación de la Plataforma Co-Di abrirá la posibilidad de acceder a los servicios de pago electrónico a través del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI) a todos los poseedores de dispositivos móviles en el país, promoviendo la inclusión financiera y un mayor uso de los medios de pago electrónicos, así como el fomento a la competencia en el mercado de pagos electrónicos.

Por otro lado, la combinación de Co-Di y SPEI resultará en un medio de pago seguro y eficiente para los pequeños comercios, comercios electrónicos, proveedores de servicios y el público en general para realizar pagos y cobros eficientes. En los próximos meses, Banxico estará trabajando con el apoyo de los bancos para que aún los pequeños comercios se beneficien de esta modalidad de cobro y para que todos cuenten con códigos QR que los identifiquen, promoviendo así la inclusión financiera. 

Las TIC revolucionan el intercambio

Las Tecnologías para la Información y la Comunicación (TIC) están transformando a la sociedad y la realidad en la que se desenvuelven los individuos. La humanidad está sometida a un cambio vertiginoso de magnitud nunca antes experimentado, pero que mejorará de forma importante la calidad de vida. 

Tanto la banca electrónica como el comercio electrónico son dos medios novedosos que harán más fácil, rápido y seguro el manejo del dinero, no en forma física, sino digital, así como la satisfacción de requerimientos (adquisición) de bienes y servicios, todo ello gracias al internet y mediante el uso de dispositivos electrónicos, fijos o móviles. 

Para poder disfrutar con plenitud de los beneficios de estos componentes de la economía digital, el usuario debe estar capacitado, tanto en educación digital como financiera, y los sistemas bancarios de pago deben ser más ágiles y amigables. Esto constituye un reto pendiente de subsanar.

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