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Cómo México puede convertirse en la potencia del Gobierno Digital de América Latina

Cómo México puede convertirse en la potencia del Gobierno Digital de América Latina
Por Max Cesar, Alberto Chaia, Andre de Oliveira Vaz, Gonzalo Garcia-Muñoz y Philipp Haugwitz

Durante décadas, los ciudadanos mexicanos que deseaban obtener una copia de su acta de nacimiento debían sufrir un largo y tedioso proceso, teniendo que presentar documentación que hoy consideramos innecesaria. Finalmente, después de entre dos semanas y dos meses, el documento obtenido podía llegar a presentar errores en el nombre, la fecha de nacimiento y hasta el género.

Hoy, afortunadamente, el proceso es bastante más sencillo y los mexicanos pueden obtener copias seguras, certificadas y sin errores en cuestión de minutos iniciando sesión en gob.mx, el portal integral que reúne 34,000 bases de datos de 250 servicios públicos. El sitio, lanzado en 2014, es la pieza central de la campaña de México para digitalizar las operaciones de su gobierno.

La buena noticia es que, aunque aún se encuentra en las primeras etapas del viaje hacia la digitalización, México ocupa el lugar 55 de 151 en el análisis de McKinsey de madurez digital. Cuando se compara con países con un PIB per cápita similar, esta es una posición digna de elogio. 

Sin embargo, los mexicanos aún tienen que lograr una Transformación Digital de clase mundial que alimente la productividad y el crecimiento económico. Para avanzar, las ambiciones del gobierno deben alinearse con la de países de mayor rendimiento como Estonia y Malasia, naciones con niveles de ingreso similares a los de México, pero que “superan su peso” en lo que respecta a madurez digital.

¿Qué necesita la nación mexicana para alcanzar la madurez digital? Existen cuatro dimensiones críticas utilizadas para medirla:

  • Gobierno
  • Cimientos
  • Economía
  • Sociedad

La situación mexicana en madurez digital

1. Cimientos digitales

Para que los ciudadanos participen de los servicios que ofrece un Estado digital, deben tener acceso a internet, redes móviles y una infraestructura de datos segura y confiable. 

Sin embargo, en 2016, México tenía sólo 13 suscripciones de banda ancha de línea fija por cada 100 habitantes, ubicándose en el último lugar entre sus competidores latinoamericanos y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

2. Gobierno Digital

México ha logrado un progreso notable en sus esfuerzos por ofrecer acceso web y móvil a los servicios públicos y para lograr un gobierno más eficiente al automatizar los procesos internos. Además del portal gob.mx, el país ha creado el rol de Coordinador Nacional de Estrategia Digital dentro de la oficina del Presidente y ha establecido una Estrategia Digital Nacional. 

Estas iniciativas han resultado exitosas para lograr que los datos del gobierno estén disponibles para cualquier persona y ha hecho de México el país latinoamericano líder en el ranking mundial de Open Data Barometer.

3. Economía Digital

Las inestables bases digitales de México afectan su capacidad para tener industrias TIC digitales maduras. Además de la disminución del acceso a internet de alta velocidad, la confiabilidad de los servicios postales es baja y menos del 40% de los mexicanos mayores de 15 años tiene una cuenta bancaria. 

Como resultado, se estima que el país tiene poco potencial para desarrollar un sector de comercio electrónico sólido que cuente con la entrega eficiente de productos y formas de pago digitales. Asimismo, menos del 1% de los bienes y servicios exportados de México se relacionan con las TIC. El subíndice de economía digital de McKinsey coloca a México en el lugar 92.

4. Sociedad digital

La digitalización puede mejorar la calidad de vida de los ciudadanos al fomentar una mayor participación ciudadana, brindar acceso a la información y ofrecer nuevas herramientas para la salud y la educación. En los últimos años, México ha acelerado sus esfuerzos en la sociedad digital y ocupa el puesto 34 en el índice McKinsey. 

En gob.mx/participa, por ejemplo, los ciudadanos participan en encuestas públicas y discuten políticas gubernamentales en foros y blogs. En datos.gob.mx/retos, que brinda acceso a Retos Públicos, los emprendedores de software pueden presentar soluciones a problemas complejos de políticas públicas, como la creación de alertas de terremotos a través de notificaciones automáticas en los teléfonos móviles.

Construyendo un México Digital

Para que los mexicanos puedan gozar de una nación digital accesible y asequible tendrá que abordar cinco elementos esenciales que podrían apuntalar la infraestructura del país: 

1. Impulsar el acceso digital

Los gobiernos a nivel nacional y estatal podrían ofrecer a las empresas privadas incentivos específicos para invertir en redes de banda ancha en comunidades marginadas, como Chiapas y Oaxaca.

En India, por ejemplo, el gobierno central ayudó a desarrollar una red de fibra óptica (BharatNet) a través de incentivos fiscales para proveedores privados que realizan inversiones en infraestructura. Este esfuerzo fue exitoso en la entrega de servicios de banda ancha en 115,000 aldeas.

2. Nutrir el talento

Para 2030, se espera que las tecnologías de automatización desplacen a nueve millones de trabajadores en México, ya que el sistema educativo actualmente no está preparado para abordar este problema. 

El gobierno mexicano podría considerar estimular el desarrollo de programas de reafirmación que preparen a las personas que serán (o que hayan sido) desplazadas por los lugares de trabajo del futuro, cada vez más automatizados y orientados a los servicios. 

Por ejemplo, a través del programa SkillsFuture, el gobierno de Singapur colabora con empresas privadas para desarrollar programas de cursos masivos, abiertos y combinados (en persona y en línea) para capacitar a nuevos participantes en la fuerza laboral y volver a destinar a los existentes en la nueva economía, desarrollando habilidades en análisis de datos e innovación.

3. Crear una regulación inteligente

El desarrollo de nuevos modelos de negocio a menudo crea la necesidad de una nueva o actualizada regulación. México aprobó recientemente, y está en proceso de implementar, una ley de tecnología financiera que rige las transacciones de criptomoneda y establece reglas para la conectividad a través de interfaces de programación de aplicación.

También incluye una “caja de arena” regulatoria en la que empresas sin una licencia bancaria pueden probar soluciones con clientes reales.

4. Desarrollar la interoperabilidad

El modelo tradicional en silos de cada agencia que procura y mantiene su propia tecnología se está desvaneciendo. En su lugar, se encuentran plataformas y servicios compartidos que permiten el intercambio y la agregación de datos entre las agencias. Con las agencias impulsadas por una arquitectura de datos integrada y basada en la nube, los ciudadanos pueden conectarse para rastrear el progreso de solicitudes complejas y de múltiples agencias, usar el mismo documento para navegar por múltiples procesos en línea y verificar sus identidades en un solo paso. 

Entre otros beneficios, este modelo también reduce el papeleo, agiliza los procesos de back-end, mejora la capacidad del gobierno para proporcionar programas de apoyo específicos y permite actualizaciones de bases de datos en tiempo real. 

5. Abordar la privacidad de los datos y la ciberseguridad

Sin las medidas de seguridad adecuadas, las personas y los sistemas son vulnerables a los ataques cibernéticos. En abril de 2018, la vulnerabilidad en el software que conecta a las instituciones financieras mexicanas con el sistema de pagos electrónicos interbancarios dio lugar a un robo de alrededor de 15 millones y demoras significativas en las transferencias electrónicas de dinero, incluidos los pagos de salarios que vencieron durante el momento del ataque.

México ha establecido varias unidades de seguridad cibernética y definió las medidas de seguridad física, técnica y administrativa que deben tomar las agencias gubernamentales que administran los datos personales.

Sin embargo, el gobierno también podría considerar una defensa agresiva lista para evitar los ataques. Esto puede incluir contratar hackers reales para probar el sistema y encontrar vulnerabilidades que deben cerrarse, y simular ataques para que los planes de respuesta se puedan implementar en tiempo real. 

Con información de McKinsey Global Institute (noviembre 2018) a través de McKinsey Digital

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