¿Cómo “escalas” una nación? Este fue uno de los desafíos en los que Estonia se embarcó por primera vez en el año 2014, convirtiéndose en el primer país en ofrecer la residencia electrónica.
Para ese momento, Estonia ya era una nación digital donde los ciudadanos y residentes podían firmar documentos y acceder a casi todos los servicios gubernamentales (y a un número creciente de servicios privados) completamente en línea utilizando sus identidades digitales, mismas que fueron publicadas desde 2002.
La situación no era perfecta, pero era “normal”, una de las palabras favoritas de los estonios. Pensaban que si ellos podían hacer algo en línea desde cualquier parte del mundo y si eso era normal, ¿por qué no para cualquier otra personas fuera de Estonia?
Con esa lógica, la ley se enmendó para que las tarjetas de identificación digital de Estonia pudieran proporcionarse a personas que no son ciudadanas ni residentes, y así fue como nació la residencia electrónica.
Hasta ahora, los residentes electrónicos han establecido alrededor de 6 mil nuevas empresas y, al hacerlo, no sólo se han beneficiado de nuestra nación digital, sino que también han hecho una contribución significativa para su desarrollo futuro.
Han realizado negocios con otras empresas estonias, han invertido en Estonia, han viajado a Estonia y algunas han pagado impuestos a Estonia. Quizás incluso más interesante: han aumentado la concientización sobre Estonia a nivel mundial, así como su cultura y sus valores. Y eso es sólo el comienzo.
e-Residencia 2.0
Este año, el programa e-Residencia lanzó una iniciativa con el presidente de Estonia, Kersti Kaljulaid, llamado e-Residencia 2.0 para reunir a una amplia gama de partes interesadas que participan en el crecimiento de este fenómeno con el fin de revisar el progreso y prepararse para la próxima etapa de desarrollo.
Después de extensas consultas, juntos han logrado producir un “Libro Blanco de e-Residencia 2.0” con el objetivo de garantizar que la e-Residencia sea aún más beneficiosa para todos en una nación digital, incluidos los ciudadanos, residentes y, por supuesto, los e-residentes. Contiene, además, 49 recomendaciones sobre cómo el programa puede cumplir con el objetivo propuesto.
El documento, que ha sido traducido al inglés para mayor transparencia, puede ser consultado en su totalidad desde aquí.
Con información del boletín de e-Residency de la República de Estonia