No tenemos una estrategia digital nacional. Tampoco una política de inclusión digital. ¿Cómo hará el gobierno para conectar a todo el país en 2021, tal y como lo prometió el Presidente López Obrador en su segundo informe de gobierno? ¿Cómo harán para que, en un año, las clases que hoy son por televisión puedan ser por internet? No sabemos; no sabemos nada porque no nos dicen.
Como resultado de una investigación de transparencia en proceso que coordina Michel Hernández, abogado y consejero de Observatel, se obtuvo información preocupante respecto de los avances en la Política de Inclusión Digital Universal, definida por la ley como “conjunto de programas y estrategias emitidos por el Ejecutivo Federal orientadas a brindar acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, incluyendo el internet de banda ancha para toda la población, haciendo especial énfasis en sus sectores más vulnerables, con el propósito de cerrar la brecha digital existente”.
Se solicitó la Política de Inclusión Digital tanto a la Coordinación de la Estrategia Digital Nacional de la Presidencia como a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Las respuestas fueron las siguientes:
- Presidencia respondió que no tienen dicho documento, dado que su elaboración no se encuentra dentro de las atribuciones de la coordinación y sugieren hacer la consulta a la SCT.
- La Secretaría contestó que la Política “continúa en Desarrollo y Construcción, ya que consta de varios elementos, tales como el Programa de Cobertura Social y el Programa de Conectividad de los Sitios Públicos, más los que se implementen en el futuro. Por lo tanto, la Política no está concluida… las acciones de los programas antes referidos y el desarrollo de los mismos, así como el desarrollo de nuevos elementos que se aportarán a dicha Política, está a cargo de la empresa CFE Telecomunicaciones e Internet…” (sic).
Este es un ejemplo de desarticulación en todos los niveles: en el diagnóstico y los datos; entre las diversas autoridades y sus atribuciones, así como en la planeación, los objetivos, las acciones a ejecutar y el presupuesto para llevarlo a cabo. No responde a ninguna lógica ni congruencia.
Cómo podríamos tener una Estrategia Digital Nacional si Carlos Emiliano Calderón, el Coordinador de la Estrategia en Presidencia, en la conferencia matutina del 21 de enero de 2020, fue presentado por el propio AMLO como “el encargado en la presidencia de la normatividad y la operación de los sistemas de informática y de cómputo”. Y, además, el propio Emiliano durante la exposición señaló que la esencia y la estrategia de su coordinación era ver la viabilidad de los sistemas informáticos, y, claro, es la única manera de entender que se le hayan presupuestado sólo 12.3 millones de pesos para 2020.
Cómo podríamos tener una Política de Inclusión Digital si ni siquiera partimos de un diagnóstico consensuado y datos iguales: mientras que AMLO dice que 80% del territorio está desconectado, la SCT publicó en su Programa Sectorial 2020-2024 que 90% de la población vive en zonas de cobertura de servicios de telefonía móvil. Además, mientras la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión establece que es la SCT la encargada de planear, fijar, instrumentar y conducir las políticas de cobertura universal, la propia dependencia refiere que es la nueva empresa, CFE Telecom, quien desarrollará la Política, aunque, obviamente, ésta no tiene dentro de sus atribuciones —porque, además, no es acorde a su naturaleza— el elaborar e instrumentar dicho documento.
Así que, ¿quién es la autoridad responsable, según el gobierno federal?
Qué importancia puede tener para un gobierno la Política de Inclusión Digital si, en plena crisis de conectividad, cuya urgencia fue evidenciada por la pandemia, se anuncia la desaparición de la Subsecretaría de Comunicaciones a la que ya le habían recortado el presupuesto, otorgándole únicamente 80 millones de pesos para 2020 y le cancelaron el fideicomiso en el que se encontraba el programa México Conectado, entre otros.
Una total desarticulación envuelta de promesas y buenos deseos. No habrá conectividad universal ni Estrategia Digital Nacional ni seremos un país con alta tecnología. Todo lo contrario: reina el desprecio por la modernización y la inversión, se ha cancelado la compra de equipo de cómputo y se ha reducido el presupuesto en los rubros que conducen al avance digital. Esto es grave porque traerá mayor atraso, menor competitividad, menor eficiencia y mucha mayor opacidad. Si ya de por sí es complicado ubicar información en el sitio web del gobierno federal, esto conducirá a una menor transparencia… A veces es más difícil encontrar el directorio de una dependencia que un plomero dispuesto a trabajar en domingo.
Con información de El Universal