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Una revolución llamada Datos Colaborativos
Una revolución llamada Datos Colaborativos

Una revolución llamada Datos Colaborativos

El gran tsunami de información que nos inunda de un tiempo a la fecha incluye mensajes de texto, correos electrónicos, audios, videos y mucha lectura en línea, pero ¿qué cantidad de esa información nos es útil? Los datos y las cifras se han convertido en el activo más valioso de nuestra era, no sólo para tomar decisiones, sino también para impulsar la rendición de cuentas de los gobiernos.

A pesar de la llamada transparencia gubernamental, los ciudadanos tenemos que navegar en un calvario de formatos, solicitudes de acceso a la información y correos electrónicos, con la esperanza de llegar a obtener algunos datos que nos ayuden.

El espíritu del Gobierno Abierto consiste en auxiliar a los ciudadanos abriendo la información gubernamental y liberando sus datos. Por otro lado, las empresas están generando datos propios que no comparten con nadie, ya que guardan celosamente los registros que podrían ayudar a resolver problemas públicos. Hoy estamos a punto de cambiar esta situación. 

Información de todos para todos

En julio de 2014, un pasajero que viajaba de Liberia a Nigeria se enfermó con el virus del ébola. Su avión aterrizó en Lagos, una de las ciudades africanas más pobladas, y el contagio no se hizo esperar. 

Sin embargo, las agencias gubernamentales, las universidades y los hospitales colaboraron con las compañías de telecomunicaciones y las organizaciones de salud para recoger los datos de los pacientes infectados y así encontrar a la persona que los contagió. La velocidad para acumular los datos, analizarlos y rastrear el contagio fue determinante en la contención de la crisis. Gracias a ello, al cabo de dos meses, el virus estaba contenido y Nigeria se declaró zona libre de ébola. Esto es un perfecto ejemplo de Datos Colaborativos.

No se trata de un mero intercambio de información, pues toma en cuenta la disponibilidad de datos diversos que son complementarios, cuyo origen son datos públicos y privados para comprender mejor un problema y generar una solución. 

¿Cómo entender los Datos Colaborativos?

El término se refiere a una nueva forma de colaboración, más allá del modelo de asociación público-privada, en la que los participantes de diferentes sectores —incluyendo empresas privadas, instituciones de investigación y agencias gubernamentales— pueden intercambiar datos para ayudar a resolver problemas complejos y agregar valor público.

Los Datos Colaborativos ofrecen un gran potencial en muchas áreas de la Administración Pública. Por ejemplo, ¿qué pasaría si pudiéramos saber cómo se mueve la gente en las ciudades y dónde van cuando ocurre alguna emergencia? O bien, ¿qué ocurriría si los gobiernos tuvieran información que respondiera directamente a las necesidades de la gente?

El concepto que ha llegado para quedarse permite entender mucho mejor la demanda de información que hay en la sociedad; de esta manera, dejaríamos de estar trabajando en datos que nadie va a usar para concentrarnos en datos útiles o con mayor valor público.

Otra de las ventajas de esta nueva tendencia es que las decisiones pueden tomarse basándose más en los datos que en las intuiciones de los administradores públicos. 

Por ejemplo, los planificadores de California toman decisiones de asignación de agua basándose en los datos y el conocimiento de origen público y privado proveniente del Instituto de Investigación de la Tierra de la Universidad de California en Santa Bárbara y el Centro de Alimentos de la Universidad de California en Davis (Beth Noveck, 2015).

Esta tendencia contiene un componente clave que no existía en los Datos Abiertos: promueve que los datos en poder de las empresas puedan servir para algo más que hacer negocio. Tal es el caso de las compañías telefónicas en Europa que han puesto a disposición de iniciativas de Datos Colaborativos conjuntos de datos anónimos sobre patrones de llamadas y desplazamientos, con el propósito de entender mejor los problemas sociales que van desde el desempleo hasta la salud mental en sus países.

Iniciativa pública y privada: un equipo

La posibilidad de que los datos de las empresas, sumados a los del sector público, se junten para entender un problema desde todos los ángulos abre grandes oportunidades al proponer políticas públicas y de innovación mucho más precisas y prácticas que las actuales.

Seguramente estás pensando que esto no ocurrirá en México porque nos falta confianza o no tenemos las instituciones para lograrlo, pero te equivocas: somos un ejemplo a seguir en todo el mundo. El proyecto de Datos Colaborativos encabezado por Claudia Octaviano del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático obtuvo el primer lugar del reto Data for Climate Action promovido por la ONU en 2018. 

Junto con la Universidad de California, Berkeley, y usando datos proporcionados por la aplicación Waze, el equipo cuantificó el número de embotellamientos en diferentes momentos y lugares de la Ciudad de México. A partir de esto, propusieron tres políticas públicas para electrificar transporte público, taxis y centro de recarga, con tal de reducir las emisiones de dióxido de carbono entre un 22% y 49% para la capital. 

Sin lugar a dudas, hay retos pendientes que se discuten sobre esta nueva tendencia: ¿cómo incentivar a empresarios y gobernantes a que trabajen conjuntamente y liberen sus datos? ¿Cómo garantizar jurídicamente que los datos de las empresas sean utilizados para proyectos de Datos Colaborativos? ¿Quiénes pueden proteger la suma de datos públicos y privados en los proyectos? ¿Cuáles son los esquemas ideales de colaboración? Muchas interrogantes que abren caminos de posibilidades.

Para saber más, visita datacollaboratives.org

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