De acuerdo con el INEGI, en México existen más de 70 millones de mexicanos con acceso a internet, además de ser el segundo país de América Latina con mayor penetración de dispositivos móviles, utilizados en su mayoría en aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales, entretenimiento, video y movilidad. Sin embargo, el porcentaje de personas y empresas que aprovechan esa conectividad para su productividad laboral es menor.
Un estudio reciente de la consultora IDC señala que 61% de las empresas mexicanas tienen 75% de sus ejecutivos utilizando dispositivos móviles para la ejecución de tareas empresariales. Por otro lado, 43% de ellas asegura que 75% del personal operativo también lo hacen para desempeñar sus labores.
Estas cifras hacen suponer que más del 50% de los empleados en México utilizan dispositivos móviles y aplicaciones empresariales para aportar valor a las empresa, ya sea para la operación, acercarse o atraer a los clientes, pero no es tan real.
Las empresas invierten en tecnología principalmente para modernizar sus sistemas, la ciberseguridad y la infraestructura con cómputo en la nube. Sin embargo, cuando nos vamos a otras áreas como Internet de las Cosas, Cómputo Cognitivo, Inteligencia Artificial, Realidad Virtual, Realidad Aumentada y Robótica, la cantidad de empresas que realmente apuestan a estas áreas son muy pocas. No está entre sus prioridades.
¿Por qué no invertir en este tipo de tecnología?
Gran parte de este problema radica en barreras como el riesgo de llevar los servicios críticos de la operación hacia la nube, argumentando que no son dueños de la infraestructura o que no está físicamente dentro de los límites nacionales con leyes que las regulen.
También está el problema de la mala calidad de los servicios de conectividad en el país, que con sus fallas afectan la operación de los negocios y los empleados no acceden a las aplicaciones de productividad.
Asimismo, otro de los inhibidores por lo que las empresas no invierten en tecnología, es el costo, ya que los tomadores de decisión siguen con los procesos tradicionales en mente, dejando de lado que el modelo de negocio de la nube es bajo consumo, evitando la subutilización de la infraestructura, mantenimiento, actualización y operación.
Muchas industrias en México podrían beneficiarse con la implementación de soluciones como Internet de las Cosas (IoT), pero sólo 30% de las empresas del país están trabajando en ello, mientras que 52% argumenta que no planea invertir en este tipo de tecnología en el mediano plazo.
Por tanto, tienen miedo a invertir y si tienen miedo a invertir no pueden prosperar. Además, existe una gran falta de apoyo de los directivos para tomar esa decisión, y tiene mucho que ver el desconocimiento de los beneficios y la falta de conocimiento técnico.
Las nuevas tecnologías requieren de talento altamente capacitado y, en México, la brecha entre lo que las industrias necesitan y lo que la academia provee es todavía muy marcada. Por ejemplo, aun cuando en las universidades se dice que enseñan Inteligencia Artificial, Internet de las Cosas o Cómputo en la Nube, lo abordan de manera teórica y no práctica.
Las empresas están acostumbradas a comprar cuando necesitan una tecnología o un empleado. Pero la Transformación Digital es un proceso, no es algo que se pueda comprar de la noche a la mañana, por lo que primero deben tener una estrategia definida.
Con información de Nearshore Delivery Solutions