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Las criptomonedas, una «amenaza» que en realidad es una oportunidad para México

A través de la Ley para regular las Instituciones de Tecnología Financiera, mejor conocida como la Ley Fintech, el Banco de México (Banxico) intentará tener control sobre el bitcoin —cabe destacar que su valor ha llegado a escalar hasta los 16 mil dólares— y sobre todas las criptomonedas que son utilizadas en el país.

Desde hace ya bastante tiempo, las autoridades mexicanas procuran poner límites al uso de las criptomonedas, tanto así que a finales del 2017 lanzaron alertas preventivas por posibles riesgos relacionados con al uso de la recaudación de fondos que buscan financiar proyectos y actividades, conocidas como Oferta Inicial de Monedas (ICO por sus siglas en inglés) virtuales como el Bitcoin.

Tanto el Banco de México, como la Secretaría de Hacienda y Comisión Nacional Bancaria y de Valores han dicho que no tienen registro de la emisión de alguna ICO en territorio nacional, sino sólo la comercialización y venta de ICO originadas en el extranjero.

¿Cuál es el origen del Bitcoin?

Seguramente todos hemos oído hablar sobre los bitcoins, sobre sus fluctuaciones y los conflictos que provoca la criptomoneda en las entidades financieras de los diferentes países donde tiene alguna presencia, pero ¿de dónde surge?

En el año 2009 una o varias personas con el pseudónimo de Satoshi Nakamoto lanzaron una nueva moneda electrónica con la particularidad que con ella sólo pueden realizarse operaciones financieras dentro de internet: el Bitcoin.

Bitcoin hace referencia tanto a la moneda como al protocolo y a la red P2P en la que se apoya. Contrariamente a lo que estamos acostumbrados con los billetes y las monedas, los Bitcoin son una divisa virtual e intangible, aunque puede utilizarse como medio de pago de la misma forma que los anteriores medios.

Este medio de pago se comporta igual que el dinero que tenemos en el banco: los Bitcoin aumentan o disminuyen en nuestra cuenta personal según realicemos ingresos o gastos, con la diferencia de que no es fácil convertirlos en dinero circulante, como ocurre cuando, retiramos dinero de un cajero automático.

El funcionamiento es bastante simple, el Bitcoin se mueve en una plataforma de libre acceso al que podemos acceder sin mayores complicaciones. Es necesario generar una cartera electrónica (wallet) y acceder a las comunidades virtuales donde se ponen en contacto quienes venden y compran esas criptomonedas. La segunda opción es buscar plataformas digitales de intercambio de criptomonedas, la cuales trabajan bajo el cobro de comisión sobre un porcentaje del monto de la transacción con, por ejemplo, bitcoins, y de esa manera facilitan a sus usuarios el ingreso al mercado de criptodivisas.

Otra característica de las criptomonedas es que no tienen un control central, no existe un repositorio central de información, no tiene una administración centralizada (a diferencia de los bancos tradicionales, entre ellos Banxico), por lo tanto, no tienen un punto central vulnerable.

Debido a que las criptomonedas no son respaldadas por ningún banco central o gobierno tampoco tienen seguridad jurídica como la conocemos, sin embargo, funcionan mediante Blockchain (llamado también cadena de bloques) que es un sistema de registro en línea que equivale a un libro de contabilidad para anotar operaciones de compra-venta o cualquier otra transacción, incluyendo contratos de todo tipo. Ese sistema para registrar operaciones no puede modificarse sin el consenso de todos quienes participan en él, por lo tanto, es infalsificable e inviolable

Para quien decida hacerlo por cuenta propia deberá ingresar al sitio blockchain.com, y crear una wallet, la que cumplirá la función de cartera para los bitcoins, al mismo tiempo que será la cuenta con la que se llevarán a cabo las transacciones con la moneda digital.

Después de este primer paso, es necesario ponerse en contacto con alguien que posea bitcoins, y hacerle una oferta de compra. De ser aceptada se debe establecer entre las partes el método de pago y realizar la transacción. El vendedor deberá realizar la transferencia de la criptomoneda desde su wallet a la del comprador.

¿Qué pasa en México?

Si bien México intenta poner límites al uso y circulación de criptomonedas, hay países como Japón que ven en ellas una oportunidad. Esa nación se convirtió en el primero en aprobar la inscripción de 11 bolsas de criptomonedas. Aunque algunos de sus vecinos como Corea del Sur y China aún restringen su uso.

Retomando lo ya mencionado en mi artículo Bitcoin, las remesas desde EEUU y la parálisis del gobierno mexicano .El Bitcoin es una moneda digital que, a pesar de no gustarle a las autoridades financieras mexicanas –la Condusef y Banco de México alertaron sobre su uso–, podría convertirse, por ejemplo, en una alternativa para que las familias mexicanas continúen recibiendo remesas desde Estados Unidos y el gobierno mexicano podría explorar esa posibilidad tal y como el gobierno de, por ejemplo, India lo está haciendo.

Más allá de los intentos de las autoridades mexicanas para limitar su utilización, el uso del Bitcoin continúa aumentando desde el 2014. Es conveniente aclarar que esta moneda virtual, la más popular en el mundo, no requiere de los bancos centrales y los gobiernos para operar, como ya expliqué antes, característica similar al resto de las criptomonedas como Ethereum, Ripple o Litecoin.

Lo que busca el Banco de México es reservarse el derecho de autorizar el uso de cualquiera de ellas y clasificar las operaciones que se hacen como legales o ilegales. Sin embargo, los mexicanos ya pueden comprar en tiendas de pizza o de comics con bitcoins. El uso de criptomonedas crece, a pesar de la opinión de Banxico, y plantea un sinnúmero de oportunidades…aunque también riesgos, como toda operación con divisas.

 

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