El miércoles 16 de marzo inició la contingencia ambiental en la Ciudad de México. Muchas advertencias hemos tenido en torno a la afectación que diariamente hacemos al medio ambiente, sin embargo, es hasta que existen este tipo de crisis cuando apenas llegamos a estar un poco conscientes de que la situación va en serio. A pesar de que es en la Ciudad de México donde se registran altos niveles de contaminación, este es un asunto que se comparte tanto en origen como en efecto con las entidades que forman la megalópolis (Estado de México, Hidalgo, Morelos y Puebla). Cosa que debería ser un botón de muestra para el resto de las entidades del país.
El tema del daño ambiental es serio y es de interés público, por lo tanto debe atenderse de inmediato. En torno a las medidas de contención del daño al medio ambiente están, entre otras, las que restringen el uso del automóvil (pago de impuesto, restricciones de circulación y disminución de vías). Todas las anteriores son medidas impuestas del gobierno a los ciudadanos, No obstante ¿Qué hace el gobierno en su interior para realizar una gestión sustentable? Creo que esto es algo que nos hemos preguntado poco.
Si los automóviles son una fuente importante de contaminantes, las administraciones públicas podrían poner el ejemplo haciendo que sus servidores públicos dejen los autos a cambio de la creación de esquemas de trabajo remoto. Este esquema de “home office” que no es para nada nuevo en el ámbito empresarial, no ha sido analizado con seriedad por el gobierno. Si bien es un esquema que está pensado para elevar la calidad de vida y elevar la productividad (cosas que ya son atractivas en sí mimas para el ámbito público), también debería ser útil para “gritarle” a la sociedad: Oigan no salgan de sus casas, nosotros lo estamos logrando!
Este esquema resulta incluso difícil de pensar, porque en general las administraciones públicas no están preparadas para él. A pesar de las obvias limitaciones ideológicas, existen también barreras técnicas que no hacen posible implementar este esquema de inmediato. Los gobiernos se han enfocado a tratar de “hacerlo mejor” (desde los 90) pero desde las oficinas públicas. Todos los que trabajamos en torno a la mejora de la gestión tenemos una gran deuda porque hemos pasado por alto el aspecto sustentable de la acción pública.
Es necesario trabajar en crear oficinas virtuales, que nos permitan crear las condiciones para que no sea necesaria la concentración de los servidores públicos. Crear Sistemas de Gestión de Proyectos que entre otras incluyan: la asignación de tareas, la revisión y retroalimentación de productos, la presentación de resultados, y el envío, recepción y archivo de comunicaciones oficiales, sin importar en dónde se esté físicamente. Estos sistemas ya existen también en la iniciativa privada, los beneficios son múltiples: flexibilidad de horario, menor gasto de gestión, mejor planeación y control del trabajo, mejor medición de la productividad, pero sobre ayuda con la reducción del uso de los automóviles tanto en el ingreso como en el egreso de los trabajadores.
Para lo anterior, es necesario usar por completo la firma electrónica para actos de gobierno, cambiar el paradigma del “papelito” habla, con opciones digitales de comprobación de autenticidad de documentos oficiales tanto al interior como al exterior de la administración pública. En este sentido y a razón del medio ambiente, es esencial eliminar el uso de papel en las oficinas públicas.
Es imprescindible invertir en la tecnología que le permita administración pública cancelar de una vez por todas, las muchas veces improductivas reuniones presenciales de trabajo. Estas reuniones son fuente de ineficiencia en el servicio público por el consumo de tiempo, la poca concreción de resultados, la falta de seguimiento de acuerdos, y también, sobre todo por el deterioro del medio ambiente por medio del uso de automóviles en el traslado. Es urgente que los servidores públicos se valgan de los medios digitales y se decidan de una vez por todas a realizar videoconferencias o audioconferencias.
Es urgente que la administración pública siga fortaleciendo su oferta de trámites en línea. Evolucionar no sólo a la presentación de información, el pago de los mismos o la ejecución de una fracción de un trámite que involucra a varias instituciones por estos medios, sino concretar la oferta de trámites en línea que inicien y concluyan completamente de manera virtual. A esta acción se le ha relacionado con la mejora en el impacto económico, el incremento en la calidad de los servicios o incluso con la disminución de la corrupción, sin embargo, ahora existe un aliciente adicional en torno al medio ambiente. Hay que también mandar el mensaje a la ciudadanía de: Ey! no salgas de tu casa a razón de hacer un trámite, no vengas en tu automóvil, no satures el transporte público, no pierdas tiempo y dinero en venir, no uses papel!
Aunque sea arriesgado hay que pensar más allá de lo que podemos ver, hay que arriesgarnos a cambiar el “equipo” de un servidor público compuesto ahora de una oficina, un escritorio, una silla, una computadora de escritorio, impresora, auto, papel etc. a uno nuevo compuesto por una computadora portátil, una Tableta y un teléfono inteligente.
Como lo dije anteriormente, nos ha faltado visión en la administración pública para mejorar pensando en el futuro, ha faltado visión en general para crear un esquema de gestión sustentable para la ciudadanía y para los mismos servidores públicos. Estamos tan inmersos en los problemas coyunturales que se nos ha olvidado el medio que nos rodea. Si seguimos así estaremos erróneamente intentando mejorar cosas accesorias de un mundo que se nos está muriendo en las manos.