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Índice de Competitividad Internacional 2019: un destino secuestrado
Índice de Competitividad Internacional 2019: un destino secuestrado

Índice de Competitividad Internacional 2019: un destino secuestrado

El pasado 26 de noviembre, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) llevó a cabo la presentación del Índice de Competitividad Internacional 2019. Esta edición, celebrada en el Museo Interactivo de Economía (MIDE), fue titulada “México: sueños sin oportunidad”.

Los resultados del índice no son alentadores, de ahí que se hable de un destino secuestrado. México ocupa la posición 74 de 189 países evaluados en desarrollo humano, justo por debajo de Chile, Argentina, Uruguay y Costa Rica. 

La desigualdad es, por supuesto, la raíz del problema. El IMCO entiende la desigualdad como el hecho de tener menos oportunidades, sin importar el esfuerzo. En México, el limitado acceso a servicios públicos de calidad que son básicos explica nuestro rezago. Sin embargo, son tres los servicios básicos que muestran las mayores carencias: 

1. Salud

En los últimos 14 años, el número de personas con acceso a la salud ha crecido más rápido que el presupuesto. La población con acceso a este servicio aumentó un 42%, mientras que el presupuesto sólo creció un 19%. 

No obstante, aún si una persona logra acceder al sistema de salud, no se garantiza un buen servicio, pues debe enfrentarse a largos tiempos de espera, falta de capacidad del personal, desabasto de medicamentos y falta de insumos. 

Además, existen otros factores que repercuten en la salud de los mexicanos, tales como:

  • El número de años que vivirá una persona está determinado por su lugar de nacimiento. En Chiapas, por ejemplo, la esperanza de vida es cuatro años menor que en Nuevo León.
  • La región de residencia limita el acceso a la salud; en el sur, dos de cada 10 personas tienen acceso, mientras que en el norte acceden cinco de cada 10.
  • El empleo informal hace imposible que una persona pueda acceder a este servicio. 

2. Educación

¿Sabías que en México existen más de cinco millones de personas que no saben leer ni escribir? Pero no están distribuidas de manera homogénea a lo largo y ancho del país: 109 mil habitan en la Ciudad de México, 801 mil en el norte del país, 1.9 millones en el centro y 2.8 millones en el sur. 

Por otro lado, el nivel educativo que una persona alcanzará en su vida también está relacionado con su lugar origen.

En la Ciudad de México, la mayoría de los habitantes estudian hasta 11 años y reciben un sueldo promedio de 6,673 pesos al mes. Por otro lado, en Chiapas, el tiempo promedio de estudio es de 7.4 años y los sueldos son de aproximadamente 5,852 pesos al mes.

3. Sistema de justicia

En nuestro país, el 78.9% de la población vive con miedo, pues tan sólo en 2019 se han reportado 857 mil 163 robos y asaltos. 

Además, debemos enfrentarnos a cifras desesperanzadoras: de 100 delitos cometidos, sólo 10 se denuncian; de los 10 delitos denunciados, 7.3 quedan rezagados, 1.4 siguen en trámite y sólo 1.3 se resuelven. Asimismo, las personas que menos tienen son las que más problemas deben enfrentar, pues no cuentan con:

  • Acceso a un buen abogado
  • Recursos para el pago de trámites
  • Tiempo y dinero para trasladarse a las oficinas
  • Traductores
  • Igualdad en la atención (discriminación)

Acciones urgentes y necesarias

Para el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), disminuir la desigualdad requiere de infraestructura social, no sólo de transferencias monetarias. El gobierno tiene hoy la obligación de invertir en salud pública, educación, transporte e investigación, desarrollo e innovación para reducir las brechas. 

Estas son algunas de las propuestas que el IMCO pone sobre la mesa para ayudar en este cometido:

  1. Avanzar hacia un esquema de seguridad social universal que cuente con los recursos necesarios:
  • Infraestructura
  • Personal
  • Insumos
  1. Invertir en educación para garantizar la cobertura y calidad, priorizando la educación inicial y el preescolar por su impacto en eficiencia y equidad. 
  2. Generar capacidades de procuración de justicia, fortaleciendo a las policías locales. 
  3. Evaluar las políticas públicas orientadas a reducir la pobreza. ¿Cómo?
  • Contando con un padrón único de beneficiarios.
  • Definiendo las reglas de operación para los programas de transferencias y subsidios, al seguir criterios de eficiencia, eficacia y transparencia.
  • Diseñando mecanismos de evaluación  y retroalimentación para transparentar los resultados.
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