El concepto de marca personal o personal branding no es nuevo. Fue en agosto de 1997, hace ya 20 años, cuando Tom Peters habló por primera vez de él en un artículo en el que exponía que “las grandes compañías entienden la importancia de las marcas. Hoy, en la Era de las Personas, tú debes ser tu propia marca”. Desde entonces, este concepto ha estado vinculado al ámbito profesional y en un mercado laboral como el actual ha encontrado cabida entre aquellas personas que están buscando empleo, o bien, nuevas oportunidades profesionales. Sin embargo, el concepto de marca personal no es algo limitado sólo a estas circunstancias, sino que tiene que ser visto como la nueva herramienta para “estar” y relacionarnos en el mundo profesional, de igual forma que hace años lo hacíamos a través del currículum vitae en papel.
Se hace, por tanto, necesario para cualquier profesional contar con una buena presencia digital, aprender a manejar su reputación online, ser capaz de generar contenido relevante o potenciar el networking a través de redes sociales. Pero ¿es todo esto necesario en el caso de las personas que trabajan en las administraciones públicas?
Es obvio que los profesionales nos tenemos que ir formando y adaptando a las nuevas exigencias y habilidades que se requieren en cada momento como parte de nuestro entorno laboral, algo fundamental si no queremos quedarnos descolgados del mismo, y más acentuado si cabe en situaciones de crisis económicas en donde las oportunidades laborales escasean. Pero el escenario para las personas que trabajan en las administraciones públicas es diferente, ya que no ven peligrar su puesto de trabajo, por lo que muchos podrían preguntarse para qué es necesario desarrollar habilidades que tienen como objetivo la búsqueda de empleo si eso ya lo tienen (y encima garantizado, en principio, de por vida). Pues bien, la marca personal ha demostrado y está demostrando que puede ofrecernos mucho más que un empleo, pues es capaz de reportarnos también importantes ventajas como empleados públicos.
¿Por qué construir una marca personal?
Aquí exponemos 7 razones que nos hacen apostar por ella:
1 Nos permite generar nuevas oportunidades profesionales. A lo mejor los empleados públicos no tienen necesidad de buscar un nuevo empleo, pero seguro que la mayoría está abierta a trabajar en otros proyectos, ya sea en el propio ámbito de la administración pública (a través de comisiones de servicio, nombramientos eventuales y otros) o en ofertas de una empresa privada.
Estas oportunidades también pueden llevarnos a que seamos invitados a dar conferencias, impartir cursos y formación, participar en jornadas y seminarios, y es que nadie te llamará para participar en un congreso, aunque seas muy bueno en tu sector, si no conocen tu trabajo.
2 Da nombre y apellidos a las personas que laboran en las administraciones públicas. La realidad es que no todos somos iguales, ni trabajamos igual, ni estamos igual de motivados, ni tenemos las mismas capacidades. Y es que cuando se habla de las personas que trabajan en las administraciones públicas, nos parece referirnos a una masa uniforme y heterogénea de personas.
Por poner un ejemplo que aclare este punto, no es lo mismo hablar de cirujanos que hablar de Pedro Cavadas. La marca personal incide precisamente en esas cualidades y características que nos diferencian a unos de otros. Desde luego, aquí habrá quien no esté de acuerdo, y es que aquellos que no sobresalen en su ámbito profesional no estarán de acuerdo en que otros lo hagan, pues ellos quedarán en evidencia.
3 Pone en valor el trabajo que se realiza. Mucho se critica desde ciertos ámbitos al conjunto de empleados públicos; si bien es verdad que existen comportamientos y actitudes dignos de crítica y contra los que hay que luchar, también lo es que se trata de un minoría que no representa a los más de 3 millones de empleados públicos que hay en España.
Cuando pensamos en un funcionario, nos viene a la cabeza una persona apática atendiéndonos en una ventanilla, con mal carácter y poco motivada en su trabajo. Sí, es persona es funcionaria, pero también la cirujana que nos opera y nos salva la vida, el bombero que apaga fuegos o el profesor que enseña a nuestros hijos.
4 Empodera a los empleados públicos respecto a los dirigentes políticos . Uno de los problemas que afectan a las administraciones públicas es la falta de profesionalización de la función directiva. Hemos visto en demasiadas ocasiones —y salvo honrosas excepciones— que los puestos directivos se daban a personas no por su valía profesional, sino por su pertenencia a un partido político. La marca personal ayuda a que esos empleados públicos que son reconocidos en su ámbito profesional tengan más relevancia y presencia más allá del puesto que ocupan en el organigrama.
Así, estamos asistiendo a un proceso en el que en los congresos, por ejemplo, los cargos políticos son relegados a las inauguraciones y clausuras, mientras que para las ponencias e intervenciones se cuenta con empleados públicos reconocidos profesionalmente. Y no sólo se trata de una relevancia social, sino de un factor que pesa a la hora de la toma de decisiones, en donde la opinión o el criterio de un profesional reconocido será más difícil de eludir u obviar si éste tiene, además, un reconocimiento más allá de la propia administración pública.
5 Ayuda a crear contenido de valor añadido. La elaboración de blogs es un pilar sobre el que se asienta la marca personal porque recogen el saber y el conocimiento profesional, ya sea de forma individual o colectiva. Este conocimiento que atesoran los profesionales de las administraciones públicas en el ejercicio de su trabajo solía “perderse” al no quedar reflejado en ningún lugar, pero desde que tenemos los blogs esos profesionales acercan su conocimiento y lo ponen a disposición del conjunto de la sociedad y el resto de las administraciones públicas. De esta manera vemos blogs en los que profesionales sanitarios dan información sobre salud pública, economía, trámites administrativos u otros aspectos relacionados con la función que desempeñan.
6 Contribuye en que conozcamos a otras personas que trabajan en distintas administraciones. Durante mucho tiempo, nos hemos aplicado como islas distanciadas en las que nos encontramos solos para enfrentar nuevos proyectos y retos. A través del desarrollo del networking y las redes sociales, la marca personal nos permite contactar con personas que están en otras administraciones públicas realizando trabajos parecidos al nuestro, con quienes podemos intercambiar ideas, opiniones e información.
7 No necesitamos el permiso o la autorización de nadie. Esto es una de las partes más interesantes de la marca personal: poder desarrollarla sólo dependerá de nosotros mismos.
Sin duda, trabajar la marca personal no es fácil ni para los empleados públicos, ni para el resto de las profesionales. Al margen de la necesidad de aprender nuevas habilidades digitales que van desde manejar perfiles en redes sociales y plataformas para la publicación de blogs, hasta la curación de contenidos, supone sobre todo un cambio de mentalidad a la hora de entender cuál es el papel que las administraciones públicas y los empleados públicos queremos desempeñar en esta nueva era en la que sin una presencia digital simplemente no existes.
Este articulo se publicó en el número 17 de la edición impresa de u-GOB
[contentcards url=”https://736737d3e7.nxcli.net/tienda/revista-individual/u-gob-017/”]