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Acoso laboral y tecnologías digitales
Acoso laboral y tecnologías digitales

Acoso laboral y tecnologías digitales

Estamos hablando de comportamientos inaceptables que impiden trabajar en condiciones de libertad y dignidad, afectan las relaciones laborales y repercuten en la salud psicológica y física de los trabajadores.

De ahí la importancia de prestar especial atención a dichas conductas inapropiadas, que recaen principalmente en las mujeres y grupos con mayor grado de vulnerabilidad (marginados, jóvenes, trabajadores migrantes, pasantes y aprendices, entre otros).

Este tipo de comportamientos inadecuados implica intimidaciones, amenazas y uso de gestos, palabras y mensajes realizados a través de cualquier medio. La tendencia hacia el uso masivo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) está produciendo nuevas prácticas de acoso y violencia en el centro de trabajo, por lo que resulta imperativo abordarlas urgentemente.

Ciberacoso en ascenso

Con el avance de la tecnología y en el marco de la Sociedad de la Información el acoso laboral o mobbing se ha intensificado gracias a la masificación de herramientas y recursos tecnológicos.

La comisión de expertos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoció que “el uso indebido de la tecnología también se reconoce como una fuente de preocupación” en la medida en que la evolución del trabajo y la tecnología pueden conducir a nuevas formas de acoso laboral.

Restringir el acoso laboral únicamente a lo acontecido en la ubicación física del centro de trabajo no es preciso. El acoso puede ocurrir fuera, por ejemplo, en desplazamientos, viajes por motivos laborales, eventos, actividades de la empresa vinculadas a la capacitación y otros más, y sí, también en la web.

El término ciberacoso está tomando fuerza en el marco de las comunicaciones vinculadas al trabajo y realizadas por medio de las TIC. Consiste en el uso vejatorio de algunas tecnologías como correo electrónico, mensajes de texto, mensajería instantánea, sitios personales y/o comportamiento personal y difamatorio en línea, por parte de un individuo o grupo que, deliberadamente y de forma repetida y hostil, pretende dañar a otra persona.

De acuerdo con estadísticas de la OIT, el número de personas que padecen acoso laboral asciende al 7%. En Perú, de enero de 2016 a febrero de 2017, la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) atendió alrededor de 626 casos de hostigamiento laboral en todo el país, de los cuales 276 ocurrieron en Lima.

Los tipos de acoso laboral son diversos: raza, religión, nacionalidad, discapacidad física u orientación sexual. Son perpetrados por jefes superiores y cualquier individuo que ostente una posición de poder.

Se ha tipificado el uso de herramientas tecnológicas como WhatsApp, Facebook, chats internos de la empresa, Messenger y otras redes sociales como medios para infringir acoso laboral, lo cual implica un daño recurrente a nivel psicológico de la víctima. Para ejecutar el ciberacoso, el acosador genera falsas acusaciones a través de redes sociales, páginas web y/o grupos de la empresa para dañar la reputación del acosado.

Perú y sus medidas contra el acoso laboral

Dentro de las políticas de protección y apoyo a las víctimas, el Ministerio del Trabajo (MINTRA) creó la campaña Trabaja sin Acoso. ¿En qué consiste? Mediante una página web y una línea telefónica, las personas pueden acceder a ayuda gratuita realizando un test, a fin de detectar si son víctimas de acoso laboral y recibir asesoría.

En el marco de la legislación nacional frente al acoso laboral mediante el uso de la tecnología, la adopción de medidas de protección es urgente, ya que las personas con mayor vulnerabilidad se ven seriamente afectadas y es una problemática que no puede ni debe ser soslayada por ningún país.

 

 

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