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Parteaguas mundial, regulación de Apps, un nuevo modelo de negocio

El pasado 15 de julio de 2015, se publicó en la Gaceta Oficial del Distrito Federal dos acuerdos regulatorios por los que se crea el Registro de Personas Morales que Operen, Utilicen y/o Administren Aplicaciones para el Control, Programación y/o Geolocalización en Dispositivos Fijos o Móviles, y seguramente muchos nos preguntamos ¿qué es eso? Pues no es más que el parteaguas mundial de la regulación por el gobierno del uso con un fin especifico, de un tipo de los cientos de tipos de “Apps” que circulan en Internet hoy día, y explico por qué.

Resulta que los referidos, son acuerdos por los que se crea un Registro de Personas Morales (es decir un registro de empresas) que Operen, Utilicen y/o Administren Apps con fines de Control, Programación y/o Geolocalización en Dispositivos Fijos o Móviles”, excelente, y eso ¿qué?

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Hoy día ante la inusitada polémica desatada por Uber y Cabify, se consideró sólo incluir en este Registro de Personas Morales, a los propietarios de las Apps a través de las cuales los Particulares pueden: a) Contratar el Servicio Público de Taxi en el Distrito Federal, o b) Contratar el Servicio Privado de Transporte con Chofer en el Distrito Federal; sentándose el precedente para que el día de mañana el gobierno pueda regular cualquier App, esto es, en forma análoga a las Apps reguladas, cuyo uso o fin especifico sea el que los Particulares puedan, c) Contratar prácticamente Cualquier Servicio, ya que “Cualquier Servicio” enlazado por Apps también es regulable bajo el mismo esquema.

Claramente estos “acuerdos”, están proyectados por el gobierno para el transporte, pero sin dudar si se busca la generalización de los mismos, son el parteaguas mundial en la regulación de las “Apps”.

Si por definición el transporte es un servicio público cuya prestación corresponde a los gobiernos, y las “Apps” de Uber y Cabify le han puesto en jaque, al grado que para el transporte le han hecho repensarse y ha dado como fruto estos “acuerdos” en que se concesiona el mismo a cambio del aporte del 1.5% de cada viaje realizado por los vehículos gestionados en las plataformas de enlace de las Personas Morales con Registro (haciendo licito sólo a los registrados), para un fondo denominado “Fondo para el Taxi, la Movilidad y el Peatón”. En esta tesitura claramente se plantean un nuevo modelo de negocio para el gobierno, distinto del tradicional en que se recauda ingresos vía los: impuestos, derechos, productos y aprovechamientos, es decir, el gobierno bien puede incentivar el desarrollo de más “Apps” que den servicios por el gobierno en forma sustitutiva (y que en el ejercicio de sus atribuciones le corresponda la prestación), con su rectoría, tal que al acordar concesionar con una Persona Moral, sea ésta la que preste el servicio por el gobierno, a enlazarse a través de un App, y a la par que entrega “el servicio diferenciado”, le ayude vía las comisiones de enlace a generar ingresos para el gobierno. Un ejemplo de esto puede ser el Servicio de Recolección y Recepción de Residuos, que es un servicio público, por el que al prestarse “diferenciado” vía una App que enlace personas con necesidad de que les realicen la Recolección y Recepción de sus Residuos, y por el otro lado haya empresas Recolectoras, Receptoras e incluso Recicladoras, al enlazarlas vía el canal App, se transaccione y comisione las operaciones de recolección y recepción de residuos, servicio por el que sin dudar muchos estaremos dispuestos a pagar con tal programar la recolección y recepción de nuestra basura vía la App, y ya no más corretear al camión de la basura.

Seguramente sin saber, una vez que las autoridades del Gobierno del Distrito Federal dictaron las reglas de operación al servicio de transporte Uber y Cabify, sentaron las bases de lo que se puede convertir en el “parteaguas” de la regulación a las “Apps”, y por tanto el modelo de negocio a seguir para la regulación y control de comisiones, de prestaciones que pueden ejecutarse por terceros, cuando la prestación de origen corresponda al gobierno, tal que el nuevo modelo de negocio genere ingresos de fuentes distintas a la recaudación tradicional, ejemplo para su aplicación por los gobiernos a nivel mundial, por su enfoque innovador y flexibilidad.

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